Tras Villafranca, en cuya iglesia de Santiago los peregrinos enfermos obtenían las mismas indulgencias que en Santiago, los montes de León se funden con O Cebreiro, la puerta de Galicia, en un escenario verde y ondulado que acompañará a los viajeros hasta las mismas puertas de Santiago.
La Galicia más rural y auténtica se abre a los peregrinos en forma de miles de aldeas y parroquias. El Camino de Santiago en Galicia es una vía de soledades y silencios a través de profundos bosques de eucaliptos y corredoiras húmedas y oscuras, donde los carvallos (robles) tapizan la bóveda hasta impedir el paso de la luz solar.
En Portomarín, la localidad más importante de la ruta en el tramo gallego junto con Sarria, sorprende una descomunal iglesia con aspecto de fortaleza dominando un pueblo blanco de casas funcionales y uniformes. Se trata de la iglesia de San Nicolás, desmontada piedra a piedra cuando a principios de los setenta el pantano anegó el valle y el pueblo original, y reconstruida de nuevo, piedra a piedra, en el poblado nuevo que la confederación construyó para realquilar a los vecinos de Portomarín.
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O Cebreiro, puerta de entrada a Galicia. |