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El vino de hielo se obtiene a partir de uvas que se prensan en estado de congelación.
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Las bodegas Vidal Soblechero son pioneras en España en la elaboración de este tipo de vinos.
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Baviera, Alemania. Año 1794. Una intensa helada azota la región. La congelación de las vides es una de sus muchas consecuencias. Pero los viticultores no se ‘arrugan’ y, aún así, intentan elaborar un vino obtenido a partir de dichas uvas ‘entumecidas’ por el frío. ¿El resultado? Un sabroso caldo muy aromático y dulzón al que bautizarían como eiswein, cuya elaboración enseguida se extiende a otros países como Austria, Francia (donde lo conocerían como Vin du glacier) o, mucho tiempo después, a EEUU y Canadá, convertidos hoy en día en grandes productores de lo que allí llaman icewine).
Pero sea bajo el nombre que sea, el producto es siempre el mismo: un vino obtenido a partir de uvas que se prensan en estado de congelación (un estado, por cierto, que sólo se puede producir de forma natural tras las heladas nocturnas, a temperaturas de como mínimo –8ºC) y que hasta hoy nunca se había producido en España. Los pioneros (al margen del Vi de Gel de la catalana Cavas Gramona, que produce una especie de vino de hielo pero elaborado de forma artificial gracias a una tecnología llamada ‘crioconcentración’) han sido las bodegas Vidal Soblechero de la Seca, de Valladolid.
Acogida dentro de la Denominación de Origen de Rueda, esta bodega sacará al mercado el año que viene el primer icewine producido en España al que llamarán Viña Claridor, elaborado con uvas de la variedad verdejo cosechadas el pasado invierno y recolectadas, tal y como mandan los cánones, durante la madrugada.
Sin embargo, parece que no habrá que esperar hasta el próximo año para comprobar la acogida de este peculiar vino, perfecto para maridar con postres. Y es que, según los responsables de la bodega, ya existen casi más reservas que existencias de dicho caldo que, seguro, dejará ‘helado’ a más de uno...
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