Viajes

(Marruecos)

Sensaciones a flor
de piel

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En la plaza de Jemaa el-Fna se puede conseguir un tatuaje a base de henna.


El minarete de la mezquita de la Koutubia, de Marrakech, verdadero faro de la ciudad.


Pero a los encantos de su medina y de su situación hay que unir el hecho de que es un magnífico lugar para los amantes de windsurfing. Y es que los vientos alisios provenientes del Atlántico propician unas inmejorables condiciones para la práctica de este deporte. En su hermosa playa es frecuente verlos preparándose para ‘atacar’ las olas.
Si dispone de tiempo, se puede realizar una excursión en barca para ver la isla de Mogador y los islotes que la rodean, un interesante paseo (previo permiso en la oficina del puerto) que permitirá ver de cerca de los famosos halcones de Eleanora, que tienen aquí su hogar.

Y, finalmente, como colofón a este pequeño viaje por Marruecos, espera la siempre fascinante y mágica ciudad de Marrakech, situada a unos 180 kilómetros de Essaouira. Posiblemente sea una de las ciudades más mitificadas del mundo, un hecho que se comprende desde el momento en que el viajero pone el pie en ella. Rodeada por una impresionante muralla (de 12 kilómetros, 220 torres y 10 monumentales puertas) y situada a los pies de las nevadas cumbres del Atlas (a donde acuden, dicho sea de paso, una gran cantidad de turistas a esquiar) esta ciudad imperial ha cautivado a los occidentales (desde Winston Churchill, pasando por el diseñador Yves Saint Laurent, el cantante Jacques Brel, el actor Alain Delon o el escritor Luis Goytisolo) hasta el punto de que son muchos los europeos que han decidido establecerse definitivamente aquí.
Pretender abarcarla y sumergirse en ella requeriría bastantes días, pero si usted no dispone del tiempo necesario le proponemos unos cuantos ‘hitos’ fundamentales para que se lleve un recuerdo imborrable de sus maravillas.

Prohibida su reproducción total o parcial. ©2006 Hola, S.A.

  

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