UN MUNDO TAMBIÉN PARA LAS FÉMINAS
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OTROS NOMBRES
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El restaurante El Chaflán, de Madrid, tiene como sumiller a una mujer, Ruth Cotroneo.


Existen, además, otras iniciativas protagonizadas por mujeres jóvenes que se han atrevido a construir su bodega y elaborar sus propios caldos. Este es el caso de Natalia y Sofía Magaña, que han fundado Vinos y Viñedos Ribera del Duratón en la localidad segoviana de Valtienda. Todo apunta a que la progresiva presencia de la mujer en la enología no tiene marcha atrás. Sin ir más lejos, Blanca Sainz, sumiller del restaurante santanderino La Casona, logró obtener uno de los más preciados galardones: el premio “Nariz de Oro 2000”, todo un hito en las diez ediciones de este concurso en el que se dan cita los mejores sumilleres de España.

Y es que, desde hace algunos años, ya no resulta tan extraño ver en un restaurante a una mujer con el catavinos de plata colgado al cuello confeccionando la carta de vinos o seleccionando y aconsejando al cliente sobre el vino que mejor acompaña un determinado plato. Gemma Vela en el hotel Ritz de Madrid, Ruth Cotroneo en el restaurante El Chaflán de Madrid (regentado por Juan Pablo Felipe) o Itxaso Arana en el restaurante Jolastoki de Getxo (Bilbao) son buenos ejemplos del empuje que la enología está teniendo entre las mujeres. Y ello a pesar de que en España la profesión de sumiller es reciente, porque comenzó a estudiarse oficialmente a partir de 1990.