LA CANCIÓN NAVIDEÑA MÁS UNIVERSAL
 
Joseph Mohr era el tercer hijo de Anna Schoiber –fabricaba y remendaba calcetines– y del soldado Joseph Mohr, que le dio su nombre antes de desertar y desaparecer para siempre. Su padre les había abandonado en la miseria y su madre, soltera, no tenía derecho a nada. Por ello, y para poder entrar bajo la tutela de los cantores de la catedral, el pequeño fue declarado huérfano. Joseph estudió Filosofía y Teología para no ser aquel niño pobre de Salzburgo que no podía ni saludar a su madre cuando la encontraba por la calle y, con los años, se convirtió en un sacerdote modesto y querido por todos, gracias a su incansable lucha contra la pobreza.

Un huérfano con abuelo
Su primer destino, poco después de celebrarse la misa de ordenación, fue el de la aldea de Mariapfarr, –cercanías de Salzburgo– donde había nacido su padre y donde Joseph, después de encontrarse con su abuelo, se vio obligado a salir de su anonimato como huérfano. En su parroquia, el párroco vivió navidades extraordinarias –sólo se podía llegar a su pueblo en verano–, descubrió los instrumentos sencillos de cuerda y punteo y escribió una poesía, la primera semilla de Noche de paz.

En el mes de diciembre de 1818
Tras la muerte de su abuelo y de la guerra de Austria,
Joseph Mohr cambió de destino y se convirtió en vicario de
Oberndorf. Un pueblo situado a veinte kilómetros al norte de Salzburgo, donde conocería al maestro Franz Gruber, organista y músico, con el que compondría la famosa melodía, para solista y coro, en el mes de diciembre de 1818.

En un templo dedicado a San Nicolás
En aquella Navidad, el órgano del templo se descompuso y la comunidad se vio obligada a recurrir a cantos alternativos para la celebración Eucarística de Noche Buena. En un templo dedicado a San Nicolás y, con el acompañamiento de una guitarra, Mohr y Gruber, cantaron por primera vez en aquella noche de invierno, el villancico que, con los años, se convertiría en el másUniversal de todos los de su género.

El hallazgo del manuscrito
Mohr y Gruber fueron trasladados, al año siguiente, a diferentes parroquias y el primer original de la partitura desapareció hasta que, la historiadora Renate Ebeling–Winkler descubrió el manuscrito más antiguo de Noche de paz, en 1955. La profesora Winkler siguió las huellas del villancico durante años y llegó a la conclusión de que unos cantantes del Tirol llevaron la canción hasta Hamburgo y Dinamarca. También, que no fue hasta 1840 cuando esta pieza se publicó por primera vez en un cancionero. A principios del siglo XX, Noche de Paz se cantaba ya en los países del Africa negra, en América del Norte y del Sur y hasta en Nueva Zelanda y, en la actualidad, no hay rincón en el mundo donde, llegadas estas fechas, no suene la melodía. Joseph Mohr murió el cuatro de diciembre de 1848 tan pobre como había llegado al mundo. Había gastado todo su dinero en fundar una escuela para los niños indigentes de su parroquia. Tuvieron que pasar muchos años, también, para que Noche de paz se le atribuyera a él y no a Haydn, el músico maestro que vivió entre 1732 y 1809.