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SOMONTANO
El milagro aragonés. Situado en un altiplano, en la zona centro de
Huesca, el Somontano tiene poco que ver con sus compatriotas regionales
de Cariñena, Campo de Borja o Calatayud, habiendo protagonizado un
fenómeno comercial inaudito en los 90, que le ha llevado incluso a
triplicar sus ventas de un año a otro. Con unos suelos y climatología
idóneos pero muy poco renombre, el empuje de algunas bodegas modernas
(Enate, Viñas del Vero, Pirineos), dotadas con todos los adelantos, ha
llevado a esta denominación a competir ventajosamente con Navarra,
Penedés o Costers del Segre en el mercado de los vinos de estilo
internacional y precio competitivos, gusto intachable y escasa emoción.
Siguiendo un poco el ejemplo de Australia, en poco tiempo han logrado
hacerse un hueco con sus vinos procedentes de cepas foráneas como
chardonnay, gewurztraminer, cabernet sauvignon, merlot o pinot noir.
Mientras su ejemplo cunde en todas las denominaciones vecinas, ahora el
reto está en elaborar algún vino fuera de lo común (están en ello) y en
reivindicar uvas locales como moristel, garnacha o parraleta. |
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