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Liz Taylor y Richard Burton |
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Doble amor
Elizabeth Taylor y sus ojos de gata se fijaron, en dos ocasiones, en la mirada de un actor que jugaba a la vida de manera arriesgada: Richard Burton. En 1963 ambas estrellas, porque en el universo de Hollywood ya les habían otorgado este estatus celestial, se reunieron, bajo las órdenes del gran Mankiewicz, para emular las andanzas de una seductora nata, Cleopatra, y sus devaneos con Marco Antonio. El romance que surgió, durante el interminable rodaje, entre Liz Taylor y Richard Burton se dejó vislumbrar en aquellos fotogramas que no padecieron los golpes de la censura. Apareció Cleopatra susurrando a su amado “Sin ti, no es éste el mundo en el que quiero vivir”. Y estas palabras se multiplicaron, como en un espejo, en la vida real. Ambos fueron asiduos de cuanta fiesta se organizara y, en ocasiones, acababan montando escenas propias del vodevil. Tanto que Richard Burton le dijo a su amada: “Nos estamos pareciendo a Laurel y Hardy”. Ella, con ese divismo que iba alcanzando, le contestó: “¿Y qué tiene eso de malo?”. Sus broncas sonoras. Se divorciaron en 1974 para volver a casarse un año más tarde, para volver a romper... En 1991 cuando la actriz contraía matrimonio por octava vez con Larry Fortensky no pudo menos que recordar al que fue su doble amor: “Él es el mejor hombre que he conocido desde Richard Burton”.<
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