|
Humphrey Bogart y Lauren Bacall |
|
Pasión de cine negro
Humphrey Bogart era el implacable detective Sam Spade en El Halcón maltés; el Rick de ensueño en Casablanca; Bogart era el hombre que cuando te decía “no” era un no único, decisivo. Menos con ella. Lauren Bacall le conquistó cuando apenas tenía 20 años. Todo surgió durante el rodaje de la película, basada en la novela de Hemingway, Tener y no tener. Ella llegó, como bellísima debutante, dispuesta a comerse el mundo. Él, con ese aire de estar de vuelta de todo, sintió por dentro que aquella vitalidad, mezclada con una elegancia única, le hacían revivir sentimientos ocultos. Los espectadores, y críticos, de este primer trabajo en común pudieron darse cuenta de cómo una química llamada amor se hacía dueña de ambos. En el New York Times se escribió: “Como un ave de paso melancólico que entra descaradamente en la vida de Bogart, así llegó Lauren Bacall...”. Y lo hizo de tal manera, que permanecieron unidos desde 1945 hasta la muerte de él, el 14 de enero de 1957. Tres películas son la marca en celuloide de un amor real: Tener y no tener, El sueño eterno y Cayo Largo. A nosotros nos queda eso de la pareja. A Lauren Bacall, un gran amor ausente.
|
|
|
|
|