Cuatro escapadas para Semana Santa en los cuatro puntos cardinales
De norte a sur y de este a oeste. Nos movemos por toda la geografía para darte ideas para tus próximas vacaciones. Tú solo elige dónde y que plan prefieres: devota, mirando al mar, en la montaña o una ruta de pueblo en pueblo.
NORTE
Plan: Montaña
Dónde: San Juan de la Peña, Huesca
La escapada: Si Indiana Jones hubiera sabido que en España se escondía el cáliz utilizado por Jesucristo en la celebración de su Última Cena con los Apóstoles habría vivido aventuras más pacíficas que las que padeció en su búsqueda del Santo Grial. Es el mismo que durante casi once siglos se custodió en la provincia de Huesca y que llegó hasta el monasterio de San Juan de la Peña. El que fuera el primer panteón de los reyes aragoneses y navarros está situado en un abrigo de conglomerado de lo más sorprendente en un paraje solitorio. Hoy hasta este monasterio Viejo hay que llegar para ver su original claustro románico, construido en la oquedad de la roca, el panteón de nobles y la iglesia mozárabe. Más accesible está el Nuevo, construido después del incendio del anterior, y que acoge dos centros de interpretación. Si a eso sumamos la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós, el casco urbano de Hecho, la garganta del infierno y la selva de Oza la escapada resulta de lo más completa.
SUR
Plan: De pueblo en pueblo
Dónde: Sierra de Aracena, Huelva
La escapada: Encinas y alcornoques, robles y castaños alfombran esta sierra sobre la que campa el cerdo ibérico a sus anchas. Por eso degustar en Aracena uno de los mejores jamones de bellota es casi tan obligado como ir descubriendo en este paisaje de dehesa pueblos encantadores, fronterizos y enaltecidos por castillos y leyendas medievales. Entre los imprescindibles que no hay que perderse, Aracena, la capital de la comarca; Jabugo, en cuya plaza del Jamón se dan cita los restaurantes y las firmas más reconocidas de cuantas elaboran productos del cerdo; Fuenteheridos, para admirar sus casas de piedra blanca y la fuente de su animada plaza del Coso que da lugar al nacimiento del río Múrtigas, y Alájar, un blanco caserío de evocador trazado urbano sobre el que se alza la mágica peña de Arias Montano.
ESTE
Plan: Junto al mar
Dónde: Valldemossa, Mallorca
La escapada: Por sus empedradas callejuelas y sus rincones llenos de encanto, por ser refugio de artistas y pintores, por su emplazamiento, en la sierra de Tramontana, y por su Cartuja, donde Chopin pasó un verano difícil de olvidar, Valdemossa da para mucho, pero es que además es punto de partida de un sendero adornado de miradores, barrancos sin fondo, encinares impenetrables y cimas calizas que permiten contemplar el mar en toda su magnitud. Lleva el nombre del archiduque Luis Salvador de Austria y caminar por él es dominar a vista de águila las posesiones que tenía a uno y otro lado de las montañas.
OESTE
Plan: Devoción
Dónde: Ciudad Rodrigo, Salamanca
La escapada: Ciudad Rodrigo tiene motivos sobrados para una escapada. Y es que como testigo de un glorioso pasado está cuajada de monumentos: tres kilómetros de muralla, castillo, fortificaciones, un puente romano, numerosos palacios señoriales, una gran plaza mayor y hasta catedral. Podría ser suficiente, pero en Semana Santa, sirve de perfecto decorado para la celebración de la Semana Santa. Estos días hay que llegar buscando el aroma a incienso, flores y cera, la música fúnebre, la calma pausada y silenciosa de los cortejos procesionales, la ascética presencia de túnicas y capirotes… Toda una lección de arte que llena esos días sus calles y plazas recoletas.