Vall de Boí: naturaleza, arte, aventura... ¿qué prefiere?

Tocar el cielo

La belleza de los templos del vall de Boí sólo es equiparable a la de los paisajes que los rodean. Campanarios lombardos que parecen querer tocar el cielo, muros de piedra, techumbres de pizarra, ábsides redondeados hasta la perfección, portadas labradas, ventanas mínimas, adornos de arquerías ciegas...

Eso en el exterior, pero cuando entre en su interior le maravillarán las pinturas que unos artistas anónimos dejaron por encargo de nobles y obispos; un arte ingenuo y ejemplificador a través del cual la iglesia medieval impartía doctrina. Tiene que saber que lo que hoy va a ver son reproducciones, ya que el miedo a que estas pinturas que refrescaban altares y paredes fueran compradas y trasladadas a Estados Unidos, como ocurrió a principios del siglo XX con varias templos y monasterios de España, hizo que se sustituyeran por copias; los originales se exhiben actualmente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña de Barcelona.
El pueblo de Taüll es la referencia fotográfica del valle. Su caserío envuelve la iglesia parroquial de Santa María y estira un brazo hasta la otra joya románica, la iglesia de Sant Climent. Pero también están las de Santa Eularia, en Erill la Vall; Sant Joan de Boí, Sant Feliu de Barruera… ¡Qué maravilla! Cada una, un museo.