La senda de la nutria

Planell de Aigües Tortes

Otros veinte minutos de ascenso cómodo son los que se necesitan para llegar al Planell de Aigüestortes, una de las zonas más bellas de todo el parque. Se trata de una llanura boscosa, con grandes ejemplares de pino negro, en la que el agua se convierte en la verdadera protagonista. La corriente del río Sant Nicolau fluye por la planicie accidentada y se embalsa de mil modos diferentes en meandros, oquedades y muros de tierra y hierba, inventando en cada accidente geográfico una nueva manera de emboscarse. El río se desparrama, en docenas de brazos y meandros, por una extensa pradera herbácea y cada cubeta glaciar sirve de recipiente para unas aguas que brujulean perdidas en busca de su destino.

Aquí también se puede ver otro de los «estanys»,el de Sant Esperit, que fue represado para su aprovechamiento eléctrico, como ocurrió en los años cincuenta del pasado siglo con otros muchos lagos de Aigüestortes. Una incongruencia medioambiental que le convierte en el único parque nacional con industrias en su interior. El Planell es el fin de la excursión. Para emprender el camino de vuelta, hay que descender hasta el «estany» Llebreta y aprovechar otro sendero que va por la margen derecha para regresar al punto de partida, el aparcamiento de la Palanca de la Molina.