Siete planes en Jerez de la Frontera, como si te los chivara Bertín Osborne

Ni entramos en su casa ni en la de ninguno de sus invitados, sino que viajamos hasta la ciudad que este activo y polifácetico cantante, actor y presentador de televisión lleva en su corazón, aunque naciera en Madrid, para descubrírtela como si él fuera nuestro anfitrión.

por hola.com

VISITAR UNA GANADERÍA
Observar al toro en su hábitat natural y a campo abierto es una experiencia única para conocer más de cerca la vida de estos animales. Y más si la experiencia se vive en la finca gaditana de Fermín Bohórquez, uno de los grandes ganaderos de España. En su propiedad de Fuente Rey (ferminbohorquez.org) , en la salida 10 de la autovía A-381, puedes disfrutar de ella y además de otras actividades, como dar un paseo a caballo, asistir a un espectáculo ecuestre, participar en una modalidad de acoso y derribo o hacer una ruta en todoterreno por este paraje natural donde conviven toro, caballo y perdices.

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VER BAILAR A LOS CABALLOS JEREZANOS
El espectáculo Cómo bailan los caballos andaluces dura una hora y media y tiene lugar en la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre. Cada martes y jueves al mediodía puedes asistir en su picadero a este auténtico ballet ecuestre con música netamente española y vestuario a la usanza del siglo XVIII. Además de la actuación, hay que aprovechar la entrada para visitar el palacio en el que se ubica la Escuela, del siglo XIX, sus salones de época y recorrer las instalaciones del Museo del Enganche.

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HACER UNA PARADA EN SAN MIGUEL
Entre el catálogo de edificios religiosos de Jerez, la Cartuja –una de las pocas habitadas que quedan en España-, la Catedral –donde entrar a visitar La Virgen niña de Zurbarán- y la iglesia de Santiago –en uno de los barrios más flamencos- están entre los imprescindibles, pero hay otro templo al que el polifacético Bertín Osborne está estrechamente vinculado. Es la iglesia de San Miguel. Aquí se casó con su primera mujer, Sandra Domecq, y también lo hicieron sus hijas Alejandra y Eugenia.

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HACER UNA CATA EN UNA BODEGA
Shakespeare aseguró que no existía en el mundo bebida mejor que el Jerez. Y la ciudad que da nombre a uno de los vinos más codiciados del mundo acoge bodegas centenarias que elaboran caldos desde hace siglos. La de Tio Pepe (gonzalezbyass.com), las de Domecq (bodegasfundadorpedrodomecq.com) o la que ostenta en el honor de ser la más grande de Europa, Williams & Humbert (williams-humbert.com), invitan a una visita y a una cata en sus instalaciones.

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ENTRAR EN LA CÁMARA OSCURA
Del recinto amurallado que en otro tiempo protegía Jerez, la ciudad todavía conserva parte de sus lienzos. Hay que rodear un bonito jardín para entrar en su alcázar, que aloja en su interior una mezquita, convertida en iglesia, y un conjunto de palacios edificados en tiempos cristianos. En el de Villavicencio espera toda una sorpresa: una cámara oscura desde la que ver la ciudad en tiempo real y a vista de pájaro (abre todos los días. Precio: 7 €).

LLEGAR A HORA AL PALACIO DEL TIEMPO
En el palacio de la Atalaya toma asiento un gran museo lleno de originalidad y vida, es el Palacio del Tiempo, que acoge el Museo de los Relojes, un centro temático donde puedes ver casi 300 relojes de los siglos XVII a XIX piezas procedentes de Francia, Italia, Inglaterra y Austria en perfecta sincronía y funcionamiento, además de ejemplares curiosos, como los autómatas (museosdelatalaya.com. Entrada: 6 €). Los jardines que lo rodean están declarados de interés cultural.

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CENAR EN UN VENTA
Bertín Osborne es uno de los que alaban el mérito gastronómico de la Venta Esteban, este restaurante situado en la salida de la ciudad por la carretera de Arcos que pasa por ser de los más concurridos de Jerez. Su barra para tapear ya da pistas de lo que uno se va a encontrar a su mesa, una cocina que gira en torno a lo clásico. Para empezar jamón ibérico, marisco cocido o la memorable ensaladilla de gambas de la casa. Luego hay para escoger entre sus mollejas a la plancha, la merluza o el lenguado y, como acompañamiento, los vinos de la zona. Todo muy local.

ACABAR EL DÍA EN UN TABLAO FLAMENCO
Además de caballos y vino, Jerez de la Frontera también es una de las cunas fundamentales del Flamenco, un arte al que está ligada de forma íntima la historia de la ciudad. Así que, ¡qué mejor que vivir una aventura jonda! La actividad puede comenzar desde visitando el barrio de San Miguel, el más flamenco, donde nació la bulería y la mismísima Lola Flores, a entrar en una tienda de moda flamenca, acudir a un recital en algunas de sus numerosas peñas o acabar el día en un tablao, como Arte Puro Jerez (puroarteflamencojerez.com) y La Taberna Flamenca (latabernaflamenca.com).