Maspalomas, la inspiración de Ariadne Artiles

Ha sido en el sur de la isla de Gran Canaria, en la que nació, donde ha debutado este verano como diseñadora de prendas de baño y donde regresa una y otra vez cuando vuelve a casa. Allá que nos vamos siguiendo los pasos a esta modelo empeñada en mostrar al mundo sus Islas Afortunadas.

por hola.com

No hay ocasión que no aproveche Ariadne Artiles, para contar a través de las redes sociales a sus seguidores las virtudes de su tierra. Y Maspalomas es una de ellas, además de una de sus más importantes fuentes de inspiración. Aquí la modelo posa para revistas, campañas publicitarias, pero también se divierte jugando a las palas, su deporte preferido, y también practicando padel surf. El surf le encanta, pero dice que no se atreve todavía con él, y lo que sí hace en la playa es correr, bucear y hacer yoga, “ejercicios buenísimos para eliminar los excesos y empezar el día con energía”.

¿ Y qué tiene Maspalomas que tantos halagos merece de la modelo, viva imagen del encanto canario? Para empezar sus dunas, un inmenso arenal dorado que recuerda en pequeño a algunos desiertos africanos. En este fascinante espacio de alto valor ecológico se alternan largas playas, un gran palmeral, una charca de aguas someras y un extenso campo dunar que ofrece un espectáculo visual único al caer el sol o al amanecer.

Un faro domina las dunas. Está en el extremo meridional de la isla y ahí lleva desde 1861. Si entonces era un paraje deshabitado, la única construcción en la larga línea de arena que unía la playa del Inglés y Maspalomas, ahora es una concurrida zona donde se concentran hoteles, tiendas y locales de ocio, además de uno de los mejores rincones para hacer surf. Aida Artiles, hermana de la modelo, da fe de ello. Aunque también da pistas de otras playas de Gran Canaria, como las de Arguinegín, San Agustín y Juan Grande, para practicar esta modalidad deportiva.

A la izquierda, mirando desde el mar, arranca el paseo que lleva a la playa de Meloneras, donde se puede visitar el yacimiento aborígen de Punta Mujeres y se disfruta de uno de los más animados ambientes del sur de la isla; a la derecha, quedan las dunas y la playa de Maspalomas. A poco que uno se vaya alejando del faro en dirección a ellas se esfuma todo rastro de presencia humana y son las aves las que reinan en este hábitat natural.

Se puede ir en busca de las lujosas urbanizaciones de la playa del Inglés, unida a la de Maspalomas –es realmente la misma playa pero con otro nombre- a lo largo de varios kilómetros de arenas blancas y finísimas, pero para disfrutar del paraje protegido en toda su extensión hay que adentrarse en este desértico espacio.

Si en el palmeral crecen múltiples ejemplares de este endemismo canario, y las aguas de la charcha son frecuentadas por numerosas especies de aves, en busca de la sugestiva sucesión de dunas móviles modeladas por el viento procedente del océano que en algunos casos llegan a alcanzar más de diez metros de altura llegan los que buscan intimidad entre las dunas, tomar el sol alejados de miradas indiscretas o los que se apuntan a disfrutar de la experiencia inolvidable de caminar por ellas a lomos de un dromedario. Tras ellas, el permanente horizonte de un profundo color azul, el mismo que tiene enamorada a Ariadne Artiles. Cuando se contempla in situ se entiende todo.