Cinco imprescindibles de Roma para disfrutar desde un ático con vistas
De la Plaza de España al barrio medieval de Trastevere o los jardines de Villa Borguese. Panorámicas para contemplar la capital italiana desde otro punto de vista.
Plaza de España
Las horas puedes pasar sin que uno se dé cuenta asomado desde un ático a esta plaza que, cerca de la Fontana di Trevi, es uno de los lugares imprescindibles de Roma. Se contempla su sugestiva escalinata y la admirable Fontana della Barcaccia de Bernini, también la iglesia de la Santissima Trinità dei Monti, que corona la escalinata, con sus dos torres campanario en forma de cúpula; y se sueña también, porque en la Via Condotti, que parte de ella, se reúnen las boutiques de las mejores marcas italianas e internacionales. Todo un lujo para bolsillos muy holgados.
Monumento a Vittorio Emmanuele II
Junto al Campidoglio, sede del Ayuntamiento romano, y en la piazza Venezia, las proporciones de este monumento son impresionantes, más aún a vista de pájaro. El que fue levantado como símbolo de la unidad del país acoge en su interior el Altar de la Patria, sobre el que se levanta la estatua de Roma y, a sus pies, la Tumba del Soldado Desconocido, custodiado noche y día por dos soldados. Si puedes, contempla la panorámica de Roma desde el monumento, al que se puede subir, porque resulta de lo más recomendable.
Villa Borguese
El segundo espacio verde más grande de la capital italiana, con 80 hectáreas, es una delicia contemplado desde lo alto, también en bicicleta y, más aún, a pie. Un jardín paisajista de estilo naturalista inglés con varios edificios imprescindibles como la galería Borguese, que ocupa la residencia de esta familia de mecenas del arte y reúne obras de Rafael, Tiziano, pero, sobre todo, de Bernini y Caravaggio.
Barrio de Trastevere
¿Una terraza romántica sobre los tejados del Trastevere? Hay algo más auténtico que disfrutar así de uno de los barrios más auténticos de la ciudad. Una vez abajo, hay que perderse por sus callejuelas adoquinadas a la que asoman casas populares medievales hasta llegar a piazza Santa Maria in Trastevere, punto neurálgico de este barrio separado del centro por el Tíber, donde se levanta la más antigua de las basílicas de Roma y de paso disfrutar de una noche animada en sus numerosos restaurantes, donde saborear una comida italiana de verdad.
Piazza Navona
Desde las alturas se admira la forma de estadio de la máselegante de las plazas barrocas romanas, como así lo quiso Domiciano, que la mandó edificar en el siglo I para disputar competiciones de atletismo. Con la fotogénica Fontana dei Flumi en su centro, su mejor imagen la ofrece a última hora de la tarde, cuando la plaza está a rebosar y las obras rivales de Borromini y Bernini quedan envueltas por la atmósfera jovial de sus cafés, restaurantes y bares. La noche, como todo en Roma, también es eterna para los trasnochadores.
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