Un viaje a los orígenes de la cocina en el monasterio de San Benet

Sant Fruitós y el Monasterio de Sant Benet forman un excepcional conjunto paisajístico y monumental en el que la gastronomía también ocupa un lugar destacado.

por hola.com

La comarca del Bages, en Barcelona, esconde pueblos con encanto y algunas grandes joyas del patrimonio románico. Aunque es el monasterio benedictino de Santa Maria de Montserrat el principal punto de interés del Bages, existen otros muchos atractivos en esta comarca. Hasta que se inaugure el esperado Tren-Tram que recorrerá toda la zona, habrá que conformarse con marcar bien en el mapa otros lugares de interés, como son el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt, los lagares entre las viñas y un rico patrimonio gastronómico, cultural y paisajístico del que es posible disfrutar en esas localidades que existen más allá de Manresa, la capital. 

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Una de ellas es Sant Fruitós de Bages o San Fructuoso. Situada en la orilla derecha del río Llobregat, es otro río, el d’Or (de Oro) el que la atraviesa de arriba a abajo. El centro histórico del pueblo conserva su genuina disposición medieval, con mayor concentración de casas alrededor de la iglesia principal, formando una sagrera.

La iglesia de Sant Fruitós está dedicada al que fuera obispo de Tarragona, que murió quemado vivo en el anfiteatro de Tárraco en el siglo III. Fue uno de los primeros mártires de la historia del Cristianismo en España, y algunas de sus reliquias se encontraron precisamente aquí. El templo, en el que destacan el campanario y el cimborrio, fue construido en el siglo XII en estilo románico, aunque cuenta con añadidos góticos. 

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También merece la pena visitar el Museo de Sant Fruitós, con una muestra muy interesante de objetos antiguos que permiten imaginar cómo se vivía y trabajaba en las casas típicas de la comarca. Pero, sin duda, los mayores atractivos de este coqueto pueblo barcelonés están a las afueras, donde se encuentra el mirador de Sant Benet, al que se accede a través de un precioso camino rural que discurre entre barracas de vinyas. La panorámica no puede ser mejor, con la silueta del monasterio de Sant Benet recortándose en el paisaje.

Fundado en el siglo X, el monasterio es una de las grandes joyas de la arquitectura catalana, que mucho tiempo después, en 1907, fue también residencia estival del pintor Ramón Casas y su familia. Es uno de los pocos monumentos en el que prácticamente todos los estilos están presentes, desde el románico original hasta el modernismo, pasando por el gótico y el barroco. Totalmente restaurado, en 2007 abrió de nuevo sus puertas. Iglesia, claustro, bodega y otros espacios se han ‘musealizado’ para que los visitantes puedan hacer un recorrido histórico y emocional que permite conocer la evolución social de Cataluña a lo largo de todo un milenio.

Imágenes virtuales, luces, música y proyecciones audiovisuales ayudan a comprender mejor el pasado del monasterio, en el que llaman poderosamente la atención los capiteles de la galería oriental, con figuras de hombres orantes, águilas, ángeles y escenas de caza. Leones, pájaros y serpientes aparecen en la portada de la iglesia, con una recreación muy conseguida de los murales que en su día ocuparon los ábsides. El claustro permite imaginar la paz que en sus tiempos alcanzaron en él los monjes y, siglos después, Ramón Casas, cuyas estancias privadas también se pueden recorrer. El monasterio quedó muy deteriorado tras la Desamortización de Mendizábal y el artista puso todo su empeño en hacer de él un lugar habitable. 

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La recuperación de Sant Benet forma parte de un ambicioso programa cultural, en el que también se integra, a solo unos pasos, la Fundación Alícia -acrónimo de Alimentación y Ciencia-, creada por iniciativa del chef Ferran Adrià y el cardiólogo Valentí Fuster con el fin de dotar a la gastronomía de un alto componente social. Desde su espacio científico se investigan, crean y prueban multitud de técnicas e innovadores instrumentos encaminados a satisfacer las demandas de grandes maestros de los fogones, que buscan nuevas texturas y aromas. Su huerto ocupa el espacio en el que antiguamente los monjes del monasterio tenían sus zonas de cultivo. Un viaje a los orígenes mismos de la cocina, que pone el punto final a una escapada con historia… y sabor. 

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No dejes de…
La Fundación Alícia no solo se puede visitar. También es posible realizar en ella talleres gastronómicos para aprender a elaborar platos de toda la vida de una forma moderna, sencilla y amena. Ofrecen cursos especiales para familias. Otra alternativa de ocio pasa por hacer un recorrido en bicicleta por las inmediaciones de Sant Fruitós. Hay varias sendas habilitadas para tal fin. 

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GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar
Sant Fruitós de Bages está a cuatro kilómetros de Manresa y a 59 de Barcelona por la autopista E9-C16, salida 54, o directamente por la A-2.

Dónde dormir
Hotel Món. Monasterio de Sant Benet. Muy moderno y sofisticado, justo al lado del monasterio.
Parador de Cardona. Cardona. parador.es. A 35 kilómetros del monasterio, ocupa el castillo medieval en lo alto de un promontorio.
La Garriga de Castelladral. Castelladral. Antigua masía medieval en una explotación vinícola.

Dónde comer
L’Angle
. Monasterio de Sant Benet. Sant Fruitós de Bages. Tel. 938 75 94 29. restaurantangle.com. Restaurante del Hotel Món, con una estrella Michelin. Cocina evolutiva.
La Fonda. Sant Fruitós de Bages. Tel. 938 75 94 13. Junto a la Fundación Alícia, reinterpreta platos tradicionales del recetario catalán.

Más información
Ayuntamiento Sant Fruitós de Bages y Turismo de Bages

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