Beber agua de mineralización muy débil es como tomar zumo de naranja sin vitaminas

Cuando se trata de elegir un agua mineral, la mayoría de las personas se deja seducir exclusivamente por el sabor. Se infravalora el aporte de minerales que se genera en nuestro organismo. ¿Qué consecuencias tiene esto?

Por hola.com

El ser humano puede sobrevivir unos 60 o 70 días sin alimento, pero la privación de agua conduce a la muerte en pocos días. De ahí que no podamos refutar que el hecho de que el agua sea un nutriente esencial para la vida. Siendo así, resulta obvio que el que más y el que menos se esmere en leerse todos los componentes que figuran en la etiqueta del producto con el que va a hidratarse para elegir el que mejor se adapte a sus particularidades físicas.

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Solamente en España existe más de un centenar de aguas minerales naturales, todas ellas distintas en lo que respecta a la composición mineral constante que incorporan. Las hay de mineralización muy débil, de mineralización débil, de mineralización media, de mineralización fuerte, bicarbonatadas, sulfatadas, cálcicas, sódicas, fluoradas, indicadas para la preparación de alimentos infantiles, indicadas para dietas pobres en sodio, etc. Sin embargo, a la hora de elegir el agua, pocas personas tienen en cuenta la composición mineral del producto.

Consumir agua de mineralización muy débil, ¿una moda?

La mayoría de las personas se dejan llevar por el sabor o, lo que es aún peor, por los mensajes publicitarios que determinada marca se haya encargado de difundir para posicionarse en este competitivo mercado. De ahí la cantidad de mitos que circulan sobre el agua y la moda de consumir agua de mineralización muy débil. “La moda de consumir agua de mineralización muy débil solo responde a una estrategia de marketing en la que cada marca coge la cualidad que más le interesa y la potencia en su publicidad”, asegura un portavoz del Instituto de Investigación de Agua y Salud.

Según esta entidad de carácter científico y divulgativo, las aguas de mineralización fuerte pueden perfectamente ser incorporadas en el conjunto de una dieta equilibrada y suponen un aporte en minerales muy destacable como el calcio y el magnesio.

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Menor mineralización no significa que el agua sea más sana

La doctora Magda Carlas, doctora del Departamento de Nutrición de la Clínica Eugin de Barcelona, escribe en su libro Más claro que el agua. Todo lo que deberías saber sobre el agua mineral natural y nunca te han contado que una de las falsas creencias más extendidas es que el agua de menor mineralización es la más sana. “El agua de mineralización muy débil es un tipo de agua. La carencia de minerales es una característica y no una virtud. Y su característica principal es que tiene una cantidad de minerales muy baja. Puede ser adecuada para algunos tipos de enfermedades cardíacas o renales, pero eso no significa que sea la mejor agua”, señala.

Incluso, en personas que sufren enfermedades cardiovasculares, la experta desmiente que deban elegir forzosamente agua de mineralización muy débil. “Lo importante es que elija un agua mineral natural apta para dietas pobres en sodio, o sea, con menos de 20 mg de sodio/litro, como lo son el 80% de las aguas minerales naturales en España”, indica. En su libro, insiste en que “beber agua de mineralización muy débil es como tomar zumo de naranja sin vitaminas”.

La Asociación Española de Urología (AEU) también se ha pronunciado al respecto y considera que ciertos minerales contenidos en el agua, como el calcio, el magnesio y los bicarbonatos, juegan un papel clave en muchos procesos metabólicos, por lo que son esenciales para el organismo. A través de un documento de consenso, titulado Mitos y realidades del agua mineral natural. Evidencia científica consensuada sobre el agua mineral natural y sus minerales, destaca que no hay ninguna evidencia científica de que el agua de mineralización muy débil sea mejor para la salud ni que la mineralización sea perjudicial para los riñones.

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¿Para quiénes está indicada el agua de mineralización muy débil? 

Según el Instituto de Investigación Agua y Salud, las aguas de mineralización débil o muy débil poseen un interesante efecto diurético, siendo indicadas cuando se padecen cálculos urinarios, para personas con hipertensión y en la preparación de biberones y alimentos infantiles. “Las aguas de mineralización media tienen efectos similares a las aguas de mineralización débil o muy débil, aunque la acción diurética es inversamente proporcional a su contenido en residuo seco”, explica el portavoz de esta entidad. 

En esta línea, el documento elaborado por la Asociación Española de Urología indica: “Algunos estudios sugieren que las aguas percibidas como agradables y frescas por los consumidores son aquellas con mineralización débil (alrededor de 300 mg / L de residuo seco). El consumo de aguas con tal nivel de minerales, por lo tanto, podría ser utilizado para estimular un mayor consumo y llegar a las recomendaciones de hidratación y a las necesidades diarias de agua. Es especialmente importante satisfacer las necesidades de ingesta de agua en la infancia, la vejez y el embarazo, cuando la hidratación es la clave”.