El comienzo del otoño suele ir ligado a las prisas, los quebraderos de cabeza por los gastos de la 'vuelta al cole' en el caso de los padres, el retorno a las jornadas de trabajo a tiempo completo... ¿Un poco estresante, no crees? En muchas ocasiones, nos vemos abocados a situaciones en las que el estrés se convierte en nuestro fiel compañero de viaje. Pueden motivarlo un buen número de causas: exceso de trabajo, problemas familiares, o, en la actualidad, una situación de desempleo o problemas económicos. De hecho, en momentos de inestabilidad económica como el actual, aumentan las consultas médicas relacionadas con el estrés. Y es que hay personas que lo pasan mal y lo reflejan con episodios de ansiedad o estrés.
¿Pero, qué se encuentra detrás del estrés? Es la respuesta fisiológica, psicológica y de conducta de un individuo que intenta adaptarse y ajustarse ante presiones internas y externas. Y esto tiene sus consecuencias para nuestra salud, pues una bajada de defensas provocada por el estrés se manifiesta en diversos problemas de salud como cansancio extremo o agotamiento, resfriados y gripes, dolores de cabeza, afecciones cutáneas -existen urticarias que aparecen en episodios de estrés- y tensiones musculares.
Por eso, encontrar sistemas para burlar el estrés y ganarle la partida hace mucho más que beneficiar a la piel: es una auténtica cura de salud para cuerpo y alma. Desde la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) no ha dudado en ofrecernos una serie de recomendaciones prácticas para hacer frente al estrés.
- Es importante promocionar hábitos saludables que permitan afrontar con un mayor nivel de salud físico y psicológico las dificultades futuras.
- Además, reforzar las defensas es especialmente importante sobre todo en colectivos vulnerables, como son los mayores o personas con enfermedades crónicas. En general, cuanto antes se adopten los estilos de vida saludables más beneficios en la salud se obtienen.
- Es importante seguir una dieta mediterránea: variada, rica en fruta y verduras, productos lácteos y un bajo consumo de carne roja y productos cárnicos, que esté adaptada a la necesidades de calorías y gasto energético.
- También hay que evitar sustancias estimulantes como el alcohol, el tabaco y las bebidas excitantes, como el café y el té, que pueden sustituirse por infusiones o equivalentes sin cafeína.
- El ejercicio físico es importante. Pasear, nadar, bailar, montar en bicicleta o hacer yoga son opciones al alcance de todos. Hay que aprovechar las horas de luz natural para salir a tomar el aire y el sol.
- Hay que intentar seguir un horario de sueño regular. Se reconoce cada vez más que dormir lo suficiente es un aspecto fundamental en la prevención de las enfermedades crónicas y la promoción de la salud. El sueño debe ser reparador y es conveniente dormir al menos 8 horas.
- No automedicarse, siempre prevenir de una manera fisiológica, mediante la alimentación y el ejercicio físico.
- Mantener una relación abierta y de confianza con el médico de familia, y mantenida en el tiempo, es importante para enfocar de la forma más correcta nuestros problemas de salud. El médico de familia es el principal proveedor de atención de salud en la mayoría de las situaciones y su papel consiste en prestar atención preventiva y enseñar a hacer elecciones de estilo de vida saludables, identificar y tratar afecciones médicas comunes, evaluar la urgencia de problemas médicos y guiar a la persona hacia el mejor lugar para esa atención, y hacer remisiones a otros especialistas cuando sea necesario.