Los Reyes de Holanda y sus tres hijas, en las carreras de Rotterdam
Los Orange presidieron la tribuna de honor de la 65ª edición del concurso hípico CHIO
Tenemos noticias suyas con frecuencia, pero rara vez no son por motivos de trabajo. Los hemos visto aquí y allá… sin parar desde su investidura, hace ya casi dos meses de eso. Guillermo y Máxima de Holanda han recorrido mundo (y reino) en este tiempo y los pocos huecos libres los han disfrutado en la intimidad familiar. Hasta ayer que los Reyes aparecieron por sorpresa con sus tres hijas, las princesas Amelia, Alexia y Ariane, en la 65ª edición del prestigioso concurso hípico CHIO de Rotterdam.
La pasión de la Familia Real holandesa por los caballos se remonta a varios siglos. Además de que la mayoría de los Orange han sido jinetes, su presencia en torneos -especialmente la de la princesa Beatriz- es muy habitual. El CHIO de Rótterdam, celebrado en el hipódromo Kralingse Bos, es una de las grandes citas de la hípica en Holanda y una magnífica ocasión para que los soberanos y sus hijas dieran rienda suelta a la afición familiar de larga tradición, si bien los reyes Guillermo y Máxima siempre se han mostrado cautos a prodigarse con sus pequeñas en actos públicos. Incluida la princesa Amalia, Heredera al trono y Princesa de Orange, que crecerá siendo una niña normal en la medida de lo posible hasta la mayoría de edad, lo que significa que no participará en actividades oficiales -o, en su caso, lo hará lo menos posible- y que estará centrada en su familia, sus amigos y sus estudios, los que comenzó nada más cumplir cuatro años en el colegio público Bloemcampschool de Wassenaar.
Esta vez era diferente. El viernes fue la princesa Beatriz la que presidió la tribuna de honor, mientras que ayer domingo tocaba el turno a los Reyes y a sus tres hijas, que asistieron a un emocionante espectáculo durante el Gran Premio Longines, cuyo ganador fue el alemán Philipp Weishaupt, a lomos del caballo Monte Bellini. Sus sonrisas, sus aplausos, sus muestras de cariño... dieron sobradas muestras de cuánto disfrutaban. Al máximo... como siempre.