Nueve detalles que se nos olvidan mientras estamos organizando la boda
La organización de la boda puede sumar hasta doscientas horas distribuidas a lo largo de todo un año. Normal que se nos olviden pequeños detalles...
Cuando se planifica una boda, las listas se convierten en las mejores amigas de los novios. Listas en cuadernos de papel, en una nota aparte en el escritorio del ordenador, en una cadena de correos compartida a tres con la wedding planner, en una App para bodas. La misma palabra lo dice: organización de bodas es sobre todo eso, organización. Y a pesar de todo, siempre hay pequeños detalles que, una vez nos despedimos del ultimísimo invitado, nos demos cuenta se nos pasaron por alto durante esos meses de intenso trabajo.
A menudo no son cosas importantísimas porque todas las ceremonias de boda cuentan con un checklist universal de cosas que hacer que todas las novias se saben al dedillo. Es normal que la experiencia sorprenda a las parejas que lo organicen todo sin ayuda de un profesional: organizar una boda no se parece a nada que se haya hecho antes. Ninguna cena familiar o con amigos, por grande que sea, está a la altura de un evento de este tipo, donde se contratan y coordinan proveedores, se manejan altos presupuestos y se tienen en cuenta las necesidad de decenas de personas diferentes. Muchas wedding planners decubren su vocación precisamente organizando su propia boda: hasta ese momento, jamás habían experimentado de lleno qué significa ponerse manos a la obra con un evento de una envergadura similar. Para que te hagas una idea de las cosas pequeñas, pero importantes, que muchas veces se nos pasan por alto previo al día B, te hacemos una lista con nueve detalles exprés que alegrarán tu día:
1. Una percha bonita para el vestido. Una percha es una percha: es un objeto útil, que sirve para colgar ropa, y que puede tener un mejor o peor diseño siempre y cuando cumpla su función. Sin embargo, el día de la boda hay objetos cotidianos que se convierten en protagonistas inesperados, algo que se nota especialmente en el álbum: los fotógrafos tienen un ojo especial para captar momentos inolvidables que nos hagan sonreir cuando volvamos a mirar las fotos. Uno de estos momentos sucede justo antes de enfundarnos en el vestido, cuando aún está colgado en... lo has adivinado, la percha.
2. Un jarrón para el ramo. Otra foto clave de los álbumes de boda 'con alma' es la del ramo de la novia cuando aún está en su jarro de agua, antes de que lo cojamos entre las manos y salgamos por la puerta. Dependiendo del tipo de flor, la confección, al estación y el largo del tallo (un tallo corto necesita beber menos agua que uno largo para que la flor se mantenga bonita), el ramo se prepara la misma mañana de la boda, o bien la noche antes, dejándolo siempre en la cámara frigorífica de la tienda. Sea como sea, en los últimos minutos en casa lo más probable, y si el tallo de la flor lo permite, es que el bouquet esté en agua: procura tener un recipiente bonito, adecuado a su tamaño y color, que luzca en las fotos.
3. Un detalle entre los novios. Una tendencia que resulta de lo más tierna, además de ayudar a calmar los nervios del novio y la novia antes de la boda, es la de hacerse un pequeño regalo, o simplemente enviar una nota a la otra persona usando un 'mensajero'; es decir, a través de una de las personas que ayudarán a cada uno la mañana del día B. La madre, el hermano, una amiga... Especialmente si la pareja se mantiene fiel a la tradición de no verse hasta el momento mismo en que se encuentran cara a cara en el altar, este pequeño detalle siempre saca una sonrisa de complicidad. Las horas antes de la boda, además, son el único momento del día en que los novios no están juntos, y no ven lo que está pasando hasta que tienen las fotos delante.
4. Ten en mente las redes sociales. Ya hemos hablado largo y tendido de este tema precisamente porque es prácticamente inevitable que los invitados en algún momento saquen una foto y la compartan en Facebook o en Instagram, o en otra red social de su elección de la que ni siquiera tengamos constancia (por ejemplo, Snapchat). Este aspecto de la boda puede parecer una nimiedad, y solamente darnos cuenta de que las cosas están fuera de control en plena boda: si no quieres sorpresas desagradables, como por ejemplo que el novio vea el vestido antes de tiempo, o que los fotógafos no puedan hacer bien su trabajo, decide con antelación cómo quieres gestionar las fotos y tuits de tus invitados.
5. Aprovecha las servilletas de papel. En España la servilleta de tela es un clásico imprescindible de la comida o la cena, pero el cóctel es otro cantar. Aunque parezca un detalle sin importancia, los detalles personalizados de este tipo se ganaron un honroso segundo puesto en nuestra votación con las tendencias de boda más importantes de cara al año que viene, precisamente siguiendo los pasos de una celebrity bride que optó por imprimir una pequeña broma privada en sus servilletas de papel. El detalle es coqueto, es divertido, diferente y hará a vuestros invitados sonreír.
6. Prepara dos selecciones musicales. Especialmente si le das plena libertad a la persona encargada de la música, que puede ser una banda en directo o alguien encargado de 'pinchar' las canciones hasta altas horas de la madrugada: nunca está de más tener dos listas 'enemigas', una con las canciones indispensables, las favoritas, que queréis que suenen sí o sí; y otra, casi tan importante, con las canciones 'prohibidas', por la razón que sea. Porque os traen malos recuerdos. Porque suenan en todas las bodas. Porque simplemente no os gustan.
7. Corta la tarta con estilo. Hace tiempo que la espada que se usa para cortar el pastel de los novios (aún hoy se sigue usando), tiene competencia a la hora de elegir cómo hacemos ese primer corte de la creación pastelera que hemos elegido con tanto cuidado. Si piensas que este objeto ha caído en el olvido estás equivocada: los hay de diseño, adaptados al tono y la temática de la boda, con grabados... No descuides este pequeño detalle, y sobre todo, no te olvides de llevarlo al lugar de la celebración de la boda.
8. Haz una lista de cosas que llevarte a casa cuando se apaguen las luces. Lo decíamos al principio de todo: las listas son fundamentales a la hora de organizar un evento cuya planificación puede llevar más de doscientas horas de media por pareja, distribuidas a lo largo de todo un año. La utilidad de las listas no deja de tener validez hasta el mismo momento en que se apagan las luces: días antes del día B, enumera todo lo que tienes que llevarte a casa contigo cuando se acabe la fiesta para no tener que volver al día siguiente a recogerlo. El guestbook, los zapatos de repuesto, los novios de la tarta, el velo, las cámaras desechables de los invitados, el cargador del teléfono móvil...
9. Prepara un brunch... o un desayuno de campeones. Vale, quizás la idea de hacer un brunch la mañana de la boda sea algo excesiva, pero muchas novias se olvidan de desayunar, o simplemente prefieren no hacerlo ya sea por nervios o para no comer algo que les hinche antes de ponerse el vestido. Desayunar es fundamental para mantener altos los niveles de energía: si tienes dudas sobre qué puedes comer y qué no para evitar la hinchazón, no te pierdas los consejos de los nutricionistas profesionales sobre cómo preparar snacks ligeros preboda, pero llenos de energía.