Cocina Ext.

¿Qué hace que una añada de vino sea ‘legendaria’?

Es el caso de Burdeos 2005. Le contamos por qué, así como los motivos que han hecho de esta región francesa la más importante del país vecino en lo que a caldos se refiere.

La calidad de los vinos de Burdeos ha hecho que tengan un grandísimo reconocimiento a nivel internacional.


Burdeos es sin duda la región vinícola más importante de Francia. Buena muestra de ello son sus 120.000 hectáreas de viñedo, que producen anualmente entre seis y siete millones de hectolitros de vino. Y es que esta zona cuenta con unas condiciones verdaderamente privilegiadas para la viticultura tanto desde el punto de vista del terruño, como comercial (con viñedos y bodegas sobre las riberas de los ríos Garonne y Dordogne, que confluyen en el Gironde para desembocar finalmente en el Atlántico).

UN POCO DE HISTORIA

Inagotable reserva de vinos de élite, modelo casi universal, Burdeos ofrece la imagen de una gran región vitivinícola. Inmensa, tanto por su tamaño como por su producción, por el número de denominaciones, por el estilo, por la imagen que ha sabido imponer en el mundo, y por la gran diversidad de variedades que dominan en cada zona: Cabernet Sauvignon o Merlot (eventualmente acompañados de Cabernet Franc, Malbec o Petit Verdot) para los tintos; Semillon o Sauvignon Blanc (con el complemento de la Muscadelle) para los blancos.

Hoy en día, Burdeos regresa –desde los nombres más prestigiosos a los más modestos- a un estilo marcado por cierto carácter natural: menos extracción y concentración forzada, como en algunos vinos de ‘garaje’, más cuidado y rigor en el cultivo de la vid, más atención y expresión del terruño. Un planteamiento que revaloriza las pequeñas denominaciones, a menudo oscurecidas por la sombra de las grandes, primando a las bodegas en las que el arte del viticultor se impone como un valor original y auténtico.

LA AÑADA 2005

Pero si tuviéramos que destacar una añada reciente especialmente buena en esta región vinícola, ésa es la de 2005. ¿Los motivos? Pues, sobre todo, unas condiciones climáticas que evolucionaron favorablemente hasta concluir con una vendimia ideal: un verano seco, con una maduración regular y lenta de los racimos, que ha propiciado una fruta sana, madura y rica. Así, los vinos de esta añada resultan suntuosos, con buena materia y taninos finos. La rara coincidencia de blancos y tintos de gran calidad es un hecho insólito en Burdeos. De ahí que 2005 se haya constituido ya como una añada ‘legendaria’ para este comienzo de siglo XXI.