El primer gimnasio del mundo fue inaugurado en Estocolmo en el año 1890 y fue una invención de Gustav Zander, un médico que desarrolló hasta 100 mecanismos para hacer ejercicio que hoy se consideran las máquinas antecesoras de todas las que disponemos en nuestros gimnasios contemporáneos, tales como bicicletas estáticas, elípticas, máquinas de abdominales y escaladores.