Aunque a simple vista creamos que la palabra “karma” habla únicamente de nuestra energía, en sánscrito significa “pasar a la acción” y desde un punto de vista más espiritual sería “acto ritual”. El karma en el yoga se basa en la búsqueda de la estabilidad, y en la capacidad de mantener nuestra posición firme ante los cambios con los que la vida nos empuja de forma constante. Por medio de esta disciplina de meditación se nos conduce a poder controlar las reacciones impulsivas, como los deseos de venganza, la ira, la envidia…