Reforzar la autoestima, una tarea importante tras la jubilación
El gran cambio que supone aparcar definitivamente la esfera laboral en la edad madura genera importantes transformaciones emocionales
A pesar de que a priori se trata de una etapa en la vida que todo ser humano desea alcanzar, cuando llega la jubilación son muchos los desajustes internos que se viven debido al importante cambio en la rutina cotidiana, con largos periodos de tiempo libre, que experimenta la persona que se adentra en ella. Si a esta realidad se le une la soledad no elegida en la que muchos jubilados se sumergen, la mezcla puede ser una auténtica bomba de relojería que ataca directamente a la autoestima del sujeto en sí. Ver reducidas las responsabilidades que un día dieron sentido a su cotidianeidad genera un número importante de efectos que pueden ser una auténtica arma de doble filo.
Es importante poner remedio a los futuribles cuando la jubilación llama a nuestra puerta. El descanso debe transformarse en un cambio de actividad para llenar la mayor parte de horas al día de acciones que nos hagan sentir útiles. Un nuevo horizonte que comienza por pequeños gestos cotidianos (algunos de ellos muy sencillos) que, está demostrado, se convierten en la nueva rutina de 'trabajo' para reforzar la seguridad interior.
Comenzar antes de jubilarse
Es fundamental preparar nuestro cuerpo y nuestra mente en los previos al gran cambio. Elaborar un horario o un plan de actuación las semanas anteriores a nuestra despedida definitiva del mundo labora genera un cambio menos abrupto y da lugar a nuevas ilusiones que centrarán la atención evitando así el sentimiento de nostalgia de lo pasado.
Plan económico
Uno de los principales motivos de preocupación de los recién estrenados jubilados es su estabilidad económica. Ante una merma de sus ingresos habituales, muchas personas generan un extra de preocupación, fácilmente solucionable haciendo una hoja de ingresos y gastos que nos ayudará a realizar un ajuste previo a la nueva situación económica.
Nuevas metas
Es fundamental fijarse pequeños objetivos a corto y medio plazo. Volver a estudiar, recuperar un antiguo hobby que aparcamos por culpa del trabajo o reorganizar nuestro hogar, cambiando pequeños elementos, de cara a la nueva realidad, son actividades que ayudan a centrar la atención de cara al futuro.
Ejercicio físico
Se trata de uno de los pilares básicos en el esquema de esta nueva vida. Tanto si se ha realizado durante la vida laboral como si se trata de la primera vez que se realiza, practicar cualquier tipo de deporte adaptado a las necesidades de la persona que lo realiza aportan un extra de energía y mejoran en general el estado de ánimo de la persona, ya sea jubilado o no.
Relaciones sociales
Otra de las cuestiones fundamentales para un recién jubilado es mantener o implementar sus relaciones. El entorno laboral ha sido, durante años y básicamente por una cuestión de horas, la esfera principal de las relaciones humanas cotidianas. Una vez finalizada esta etapa es muy importante generar un nuevo entramado de contactos y amistades para cambiar impresiones durante esta fase de la vida. Los amigos y conocidos son un importante refuerzo para la autoestima.
Tecnologías y jubilación activa
El presente y el futuro comienza a generar nuevas herramientas muy útiles para las personas que llegan a su edad dorada. Hacer un uso inteligente de las tecnologías, descubriendo aplicaciones y programas dirigidos a, por ejemplo, mejorar nuestra memoria, es una gran ayuda y una fuente de entretenimiento. Del mismo modo, se están comenzando a poner en práctica nuevas fórmulas híbridas para no entrar a la jubilación de una manera abrupta. La jubilación activa es una fórmula legal que permite al trabajador cobrar parte de la pensión y seguir trabajando a tiempo parcial.