El dolor de espalda posiblemente sea uno de los mayores males de estos tiempos y causa de la mayoría de bajas laborales que se producen. Los hábitos de vida actuales han cambiado nuestros patrones posturales y hacen que el dolor de espalda sea el origen de muchas otras patologías derivadas: insomnio, ansiedad, acortamiento muscular…
Te invito a que antes de seguir leyendo hagas un breve repaso a un día normal de tu vida, si eres honrado contigo mismo, seguro que alguna “mala costumbre” sale a la luz… ¿Te animas?
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Ahora veamos si alguna de ellas está aquí:
- “La postura corporal empieza en los pies”. Ni los castigues con los tacones, ni los mimes en exceso con esas magníficas zapatillas con plantillas extra-firmeza que te han costado una fortuna. Es muy saludable movilizar los dedos de los pies y andar descalzo sacándolos a que les dé el aire de vez en cuando.
- Mirar hacia delante cuando vamos por la calle. Desde que los smartphone ocupan nuestra vida casi por completo, nos hemos olvidado de un hecho tan fundamental como mirar por dónde vamos cuándo andamos por la calle.
- Deshacernos del sofá… y de paso de la televisión. ¡Matamos dos pájaros de un tiro! El sofá es uno de nuestros peores enemigos, posturalmente hablando, porque no somos muy conscientes de cómo nos sentamos sobre él, ya que en la mayoría de las ocasiones no nos sentamos, nos desparramamos.
- Respira con amplitud y profundidad. Si vamos estresados y nerviosos por la vida generará una respiración irregular, corta y superficial, haciendo que nuestra postura este cerrada y acortada, dejando casi sin movimiento a la columna.
- Si llevas bolso, bolsa de deporte o similar, cámbiatelo de lado de vez en cuando. Así no saturaremos un lado del cuerpo creando desajustes con respecto al otro lado.
- Dale uso al reposacabezas en el coche, preferiblemente colocado a la altura del occipital.
- Fortalecer el suelo pélvico, y esto no es solo una cosa de mujeres. Que todos sepamos el hombre también orina y dispone de vejiga, uretra y esfínteres; así que lo mejor es saber trabajarlo con ejercicios específicos.
- Si acostumbramos a sentarnos con las piernas cruzadas, sería conveniente variar el cruce de vez en cuando.
- Muévete. Los antiinflamatorios, el ibuprofeno… Tan solo alivian el dolor momentáneamente, no te estás liberando del problema.
- Date un momento a lo largo del día para ti. Medita, pasea, relájate. El dolor de espalda puede nacer de un estado de nervios y ansiedad muy intensos y se entra en un círculo vicioso: como cada vez nos duele más nuestro estado anímico también empeora, y así una y otra vez...