Gwyneth Paltrow, Gisele Bündchen, Jessica Alba, Alessandra Ambrosio... Todas admiten haber encontrado en el aceite de coco su elixir de la eterna juventud; ya sea por sus propiedades hidratantes o como antídoto para prevenir y aliviar patologías como la fatiga, el asma, la depresión... Pero al aceite de coco se le han atribuido más de 300 beneficios, según algunos estudios, y no sólo como recuerso de belleza sino en nuestra alimentación.
Seguro que si te pregunto por este aceite y sus beneficios o aplicaciones no sepas muy bien para qué ni cómo se utiliza; y, si se te ocurriese alguna, podría ser algún beneficio de tipo cosmético. Pero el aceite de coco, como decíamos, tiene muchas otras cualidades:
Belleza
Este aceite es altamente hidratante, por lo que es muy beneficioso para la piel seca y para algunas enfermedades como la psoriasis e incluso los hongos. También se recomienda para la piel de los bebés recién nacidos, para aplicarles masajes relajantes e hidratarles con un producto natural.
Contiene una alta cantidad de vitamina E: muy beneficioso para el cabello ya que tiene propiedades humectantes y por ello lo mantiene hidratado más tiempo. Puedes usarlo como mascarilla en verano y vacaciones.
Alimentación
Aumenta el HDL (colesterol bueno): a pesar de su 'mala fama' en este sentido, se ha demostrado que el aceite de coco crudo (no hidrogenado) aumenta el colesterol que llamamos 'bueno' y regula las hormonas tiróideas.
Aumenta nuestras defensas y la resistencia frente a virus y bacterias.
Mejora el azúcar en sangre: puesto que ayuda a regular mejor la insulina corporal.
Las grasas que contiene este aceite, llamadas triglicéridos de cadena media (MCT) contribuyen a que su ruptura en el hígado queme de forma eficiente la energía, por lo que en cantidades controladas ayuda en dietas para pérdida de grasa.
¿Cómo usarlo?
Para usar el aceite de coco como producto de belleza será más fácil, puesto que encontraremos en el mercado este aceite, incluso puro, para su aplicación directa o bien combinado en formatos como cremas y aceites corporales.
En nuestra alimentación probablemente dudemos más a la hora de averiguar sus aplicaciones, ya que en nuestro país no es habitual el uso de este ingrediente en nuestros platos:
Uso 1: para saltear cebolla y ajo o incluso otras verduras. Soporta bien el calor.
Uso 2: añadirlo a los zumos o smoothies para regular el azúcar corporal.
Uso 3: añadir a las tortitas como sustituto del aceite o de la mantequilla.
Uso 4: para hornear y engrasar moldes o fuentes.
Uso 5: como suplemento vitamínico se puede añadir una cucharadita diaria para aportar ácidos grasos esenciales, vitamina K y vitamina E.