Menopausia y verano: convivir con los sofocos
Con la subida de las temperaturas, se incrementa este incómodo síntoma en muchas mujeres
Calor y verano. Días de sopor que se hacen aún más difíciles para las mujeres que están atravesando la menopausia. Una etapa complicada que tiene en los sofocos uno de los síntomas más incómodos y característicos. Una sensación que, además, se incrementa durante los meses de verano y debido a factores como la ingesta de bebidas calientes, alcohólicas o con cafeína, llegando a afectar de forma importante a la calidad de vida de las mujeres.
¿Cómo se manifiestan?
Los sofocos suelen comenzar como una repentina sensación de calor en la parte superior del pecho y la cara y, posteriormente, se disemina por todo el cuerpo con una duración aproximada de dos a cuatro minutos. “Los sofocos pueden ocurrir una o dos veces al día o tan a menudo como una vez por hora durante el día y la noche”, comenta el doctor Rafael Sánchez Borrego, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), quien explica que la mayoría de las mujeres sufren estos síntomas durante un promedio de dos a cuatro años.
Más habituales en la noche
Los expertos coinciden en que lo habitual es que los sofocos se produzcan durante la noche, lo que provoca que la mujer se despierte con frecuencia y tenga dificultades para conciliar el sueño. Y más aún en estos meses de verano, en los que el calor por la noche ya influye, y de qué manera, en la calidad de nuestro descanso. De hecho, según varios estudios, más del 81% de las mujeres que sufre grandes aumentos de temperatura, sudoración y enrojecimiento tenía además síntomas de insomnio crónico, como dificultad para quedarse dormida, sueño poco reparador e insatisfacción con los patrones de sueño. Como consecuencia, según comenta el presidente de la AEEM, “muchas mujeres desarrollan otros problemas como fatiga, irritabilidad, dificultad para concentrarse y cambios de humor”.
¿Qué se puede hacer?
Hasta el momento, el tratamiento más eficaz contra los sofocos que aparecen con la llegada de la menopausia sigue siendo la terapia hormonal sustitutiva. “En los casos en los que la Terapia Hormonal (THS) está indicada para los síntomas climatéricos, puede resultar de ayuda para combatir el insomnio provocado por los sofocos, especialmente si se asocia a un hipnótico al acostarse. De hecho, el tratamiento con estrógeno no sólo alivia las sofocaciones nocturnas, sino que podría mejorar también los síntomas depresivos”, comenta el doctor Sánchez Borrego.
Además, hay una serie de recomendaciones útiles que pueden echarnos una mano en el caso de que aparezcan los sofocos.
-Recurrir a las capas al vestirse, de manera que pueda quitarse la ropa si se acalora.
-Mantener una temperatura ambiente baja y evitar las bebidas calientes, como café o té.
-Ponerse una toalla fría y húmeda en el cuello mientras duran los sofocos.
-No fumar.
Más información para afrontar una nueva etapa
Precisamente por el aluvión de dudas que genera la entrada de la mujer en el climaterio y debido a la diversidad de síntomas que puede experimentar, la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia ha creado por primera vez manuales prácticos dirigidos a los profesionales denominados menoguías sobre algunas de las patologías asociadas a la menopausia y en las que se incluye, además, un capítulo enfocado a las mujeres, para que los expertos conozcan qué información deben dar a sus pacientes.