¿Duermen peor las mujeres en la menopausia?
Alrededor del 47% de las mujeres que pasan por esta etapa se muestran insatisfechas con la calidad de su sueño
Son muchos los síntomas molestos de una época como la menopausia, pero quizás no te habías planteado si también esta etapa afecta al sueño. Lo cierto es que así es, y alrededor del 47% de las mujeres en edad menopáusica se muestran insatisfechas con la calidad del sueño durante el climaterio, debido, principalmente, al fuerte impacto que los cambios en los niveles de estrógenos tienen sobre el cerebro y las áreas relacionadas con el sueño, según afirma el doctor Plácido Llaneza, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM).
“Con la edad, los cambios físicos y hormonales deterioran la cantidad y calidad del sueño y su prevalencia aumenta desde la premenopausia a la posmenopausia, un problema que se ve agravado en aquellas mujeres que sufren sofocos durante la noche, ya que interrumpe el sueño y acaba perjudicando su estado de ánimo durante el día”, comenta el doctor Llaneza, que añade que “una vida con tensiones, el estrés psicológico o el ánimo depresivo, muy comunes en esta época de la vida de la mujer, pueden ser incluso más importantes a la hora de alterar el sueño que los cambios hormonales”.
Un círculo vicioso
Pero además, una mala calidad del sueño puede convertirse en generador de nuevos síntomas entre las mujeres menopáusicas. Según el experto, “una mala calidad del sueño hace que durante el día la mujer se encuentre más cansada, con somnolencia, de peor humor y con tendencia a la depresión. De hecho, debemos recordar que la relación del sueño con la depresión es bidireccional, de manera que el ánimo depresivo suele impedir una buena calidad del sueño y, a la inversa, cuando no se logra descansar plenamente, el riesgo de depresión es más alto”.
¿Y tras la menopausia?
Lamentablemente, la situación a veces no mejora tras la menopausia, y los problemas de sueño suelen continuar en las mujeres posmenopáusicas haciéndose cada vez más ligero y fragmentado. En este sentido, enfermedades físicas crónicas como la artritis, artrosis, enfermedades pulmonares o úlceras estomacales pueden, asimismo, ser factores que contribuyen de forma importante a alterar el sueño.
Ayuda farmacológica
Antes de recurrir a la terapia farmacológica, los expertos insisten en que es necesario determinar los síntomas que pueden estar ocasionando una mala calidad del sueño. En los casos en los que la Terapia Hormonal (THS) está indicada para los síntomas climatéricos, puede resultar de ayuda para combatir el insomnio provocado por los sofocos, especialmente si se asocia a un hipnótico al acostarse. En concreto, tal como explica el doctor Llaneza, “el tratamiento con estrógeno no sólo alivia las sofocaciones nocturnas, sino que podría mejorar también los síntomas depresivos”.