Vuelta al cole: prepara su habitación
Ahora que la rutina vuelve a la vida y el recuerdo de las vacaciones empieza a diluirse, es un buen momento para dar otro aire a los dormitorios de tus hijos y renovar, así, sus ilusiones y energías. ¡El curso es muy largo!
La fórmula ideal para renovar un dormitorio infantil y crear un espacio en el que se sientan a gusto pasa por adaptarlo a su edad y necesidades, no olvidar su personalidad y dejar dos ventanas abiertas: una a la imaginación y otra a la organización.
Dime qué edad tienes y te diré cómo es tu cuarto
Es el principio básico, según los años que tenga debes apostar por un tipo de espacio u otro. No queremos ver a un ‘príncipe’ de 1,80 m durmiendo en una camita azul. En líneas generales, cuando son pequeños necesitan más espacio para jugar, mientras que según crecen precisan un sitio para estudiar y hacer los deberes, además de un espacio más social: sus amigos deben ser bienvenidos y tener cabida (y cama, muchas veces) en su territorio.
Por otro lado, su habitación debe ser reflejo de su personalidad, incluso los más pequeños tienen algo que decir al respecto. Pregúntales, conoce sus gustos y adapta tus propuestas a sus necesidades y gustos.
Y, ante todo, procura que crezcan con ellos. Cuanto más ‘neutro’ montes su espacio, más fácil será que crezca con él y se amolde a distintas (aunque nunca a todas) etapas de su vida.
Territorio neutral
Planifica bien. “Antes de nada, determina si se trata de un cuarto-dormitorio o si en el mismo espacio se van a desarrollar otras actividades de juego y estudio”, aconseja Mónica Garrido, decoradora y estilista de decoración (monicagarrido.com). En función de ello, distribuirás los metros según el uso que vayas a darle.
Debes crear espacios muy prácticos, donde se sientan a gusto y puedan dar rienda suelta a sus sueños y deberes. En sus primeros años, lo ideal es dejar libre un espacio en el centro de la habitación, para que puedan moverse con libertad y jugar sobre una alfombra. No olvides incluir una mesita donde experimenten con el dibujo y la pintura o la plastilina y la escultura cuando son pequeños, y que luego se adapte a otras aficiones o expresiones artísticas más acordes con su edad (el uso del móvil no cuenta como tal).
Buscando el orden
Igual que si buscases a Nemo. Lograr un espacio ordenado es otra de las máximas de una habitación infantil. Está claro, aunque te parezca un objetivo difícil de lograr, si dedicas una zona al ocio, otra debe estar al servicio de mantener el orden. El armario te soluciona la parte de la ropa, mientras que para juguetes y libros, estanterías, contenedores con ruedas, baúles, cajas bajo la cama y un sinfín de soluciones más serán los ayudantes perfectos.
No olvides que si se lo pones fácil, con contenedores grandes y con tapa que no requieran doblar las cosas, por ejemplo, recogerán ‘más motivados’ que si deben dedicar más tiempo a esta tediosa tarea.
Prohibido el paso: genio trabajando
Una habitación infantil (y juvenil) debe ser siempre territorio de la imaginación, donde la creatividad encuentre su lugar, se manifieste de distintas maneras y permita a los niños ir dando su toque más personal. “Una buena forma es no ‘llenando’ todas las paredes sino dejar siempre un espacio para que puedan pintar, o poner sus dibujos. Así, puedes aprovechar un tramo de pared para colgar un corcho enmarcado en el mismo acabado de los muebles o pintar una pared en pizarra imantada donde den rienda suelta al artista que llevan dentro”, comenta Mónica Garrido.
Y si algo no debe faltar nunca es el color. Pinta en tonos claros las paredes y juega con complementos y muebles en rosas, verdes, azules, amarillos… Los niños no ven la vida en blanco o negro, sino que la disfrutan y se divierten con ella. Por este motivo, no lo dudes y aprovecha el universo cromático más alegre para inyectarles una dosis de buen humor.