Cómo restarle calorías a tus platos de forma saludable
Sin dejar de comer y sin disminuir la cantidad de comida que echas en tu plato. En realidad, es muy fácil comer sano haciendo pequeños cambios en tus recetas. Te contamos varios
Una de las cosas que más nos preocupan es intentar comer más sano. Para ello, buscamos restarle calorías a nuestros platos, sobre todo en verano, cuando las frutas y las verduras de temporada nos dan la excusa. Muchos piensan que, para ello, hay que dejar de comer o disminuir las cantidades de alimento que echamos a nuestros platos, pero nada más lejos de la realidad: es todo mucho más sencillo, solo necesitas aplicar algunos cambios. Por eso, te damos ideas que siempre funcionan y que, además, pueden ayudarte a sumar nutrientes, tener más energía, controlar tu peso y tener, al final, una alimentación mucho más saludable que contribuya a sentirte mejor. Apúntalas todas.
- Cambia las frituras por el horno: por ejemplo, sustituyendo las patatas fritas caseras o industriales por patatas al horno. Cocina tus propios chips vegetales –en vez de acudir al supermercado a por ellas- utilizando el horno como tu gran aliado: desde batata y calabacín hasta hojas verdes como el kale.
- Sustituye las salsas comerciales por una casera hecha con yogur o aguacate. Esta verdura, con un poco de creatividad, es gran sustituta de la mantequilla.
- Utiliza hierbas y especias para dar más sabor a los alimentos, haciendo platos marinados, o para saborizar y endulzar (en este caso, sin duda, utiliza canela de Ceilán). Todas ellas actúan como potenciadores del sabor, te harán sentir más saciado y, algunas, pueden aumentar el metabolismo, como el jengibre, la cúrcuma o la pimienta. Los alimentos picantes, por lo general, contiene capsaicina, que hacen que aumente la temperatura del cuerpo y, por tanto, el metabolismo.
- Aprovecha las frutas maduras, las deshidratas o las verduras para reducir la cantidad de azúcar que añades en tu repostería casera. Para ello, son muy buenos los plátanos, las pasas, los dátiles, la manzana, la zanahoria o la calabaza. Puedes utilizar también stevia (la planta sería la opción más acertada y, sino la encuentras, cuanto mayor porcentaje tenga de glucósidos de steviol, mucho mejor) o sucralosa, un edulcorante que procede del azúcar. En cualquier caso, intenta evitar siempre los edulcorantes artificiales.
Paso a paso: sandía helada con chocolate negro
- Elige carnes magras y blancas. Piezas que apenas contengan grasa y, por supuesto, reduce el consumo de las carnes rojas.
- Incluye en tu desayuno grasas buenas, como el aceite de oliva, el aguacate o el huevo. Te sentirás mucho más saciado, lo cual favorece que te olvides de los picoteos de la mañana.
- Consume productos integrales, ya que su contenido en fibra también te ayudará a estar saciado mucho antes.
- Prefiere las conservas al natural que aquellas que vengan con cualquier tipo de aceite.
- Sustituye los refrescos azucarados y las bebidas con alcohol. Las opciones son múltiples: infusiones con hielo, agua de limón natural, té kombucha, agua con hierbas frescas o vegetales. En cualquier caso, el agua debería ser tu bebida más habitual. En el caso del alcohol, además de ser calorías vacías, favorecen la deshidratación.
- Opta por aperitivos sanos. Por ejemplo, crudités de verduras con hummus, pasta de sésamo o pasta de almendras, encurtidos, frutos secos, etc.
- Siempre que sea posible, opta por comida casera. Que comer fuera sea la excepción y no la norma habitual.