'Top Chef': Marta dice adiós al programa entre lágrimas y protagoniza la despedida más emotiva

La mallorquina se convierte en la sexta expulsada del ‘talent show’, en cuya última entrega no faltaron hamburguesas ‘gourmet’, platos a base de pescados de río y las tartas infantiles más divertidas

por hola.com

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La séptima entrega de ‘Top Chef’ arrancaba anoche con un sabor muy ‘carnívoro’. ‘Tendréis que transformar algo tan popular como una hamburguesa en un plato Top Chef’, comenzaba diciendo Chicote. Y continuaba, ‘quien haga la mejor obtendrá el brazalete de la inmunidad y un privilegio añadido que os contaremos después’.

Para el desarrollo de esta prueba, con la que todos los concursantes parecían estar encantados, el equipo se trasladó a las cocinas de uno de los restaurantes de una conocida cadena de hamburgueserías.

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Los 30 minutos que tuvieron para cocinar dieron mucho de sí; hubo hamburguesas con cierto toque oriental, como las presentadas por Carlos y Víctor, otras más contundentes, con ingredientes demasiado ‘intensos’ que no terminaron de convencer al jurado (por ejemplo, quesos de sabor muy potente, ‘que se llevaban por delante el sabor de la carne de vacuno’, según los expertos…). Y otras que gustaron mucho, como las elaboradas por Fran (a base de queso Cheddar, mostaza verde y tomate) o la hamburguesa ‘Mari-Cha’ que presentó Peña, y que finalmente fue elegida vencedora. ¿Entre sus ingredientes? Sofrito típico español, mayonesa de soja, polvo de maíz tostado, espárragos verdes y setas. ‘Se llama así en homenaje a mi abuela. Ella era la reina del sofrito’, decía el ganador de la inmunidad, feliz además por poder disfrutar de ese privilegio añadido del que se les había hablado en un primer momento: a partir de ahora, el público de esta cadena de hamburgueserías podrá disfrutar de la creación de Peña: ‘Es una pasada que mi hamburguesa esté en todos los McDonalds’, aseguraba emocionado.

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Tocaba prueba grupal y el reto parecía que no iba a ser tan sencillo como en la ‘prueba de fuego’. ‘Os esperan unos comensales muy exigentes’, les adelantaba Chicote. ‘Un público que siempre dice lo que piensa’, continuaba Susi Díaz. Los miembros del jurado se referían a los más 50 niños que se convertirían en ‘implacables jueces’ del segundo ‘round’ del programa. ¿El destino en esta ocasión? El 'Parque Warner' de Madrid. ¿La misión de los concursantes? Preparar una merienda de cumpleaños con distintas elaboraciones dulces.

Los ya clásicos cuchillos de colores decidieron al azar el nombre de los capitanes de ambos equipos. Por un lado, Carlos sería el jefe del equipo naranja (formado además por Víctor, Fran e Inés), y Marc dirigiría al equipo gris, integrado también por David, Marta y Peña.

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Aunque parecía mucho tiempo, los 120 minutos que el programa les concedió para la elaboración de esta merienda tan especial parecían quedarse cortos. Había mucho trabajo por delante: el equipo capitaneado por Carlos optó por preparar unos crepes de plátano, unas galletas de chocolate, un batido de fresa y una bonita tarta en forma de flor. Por su parte, el equipo gris se decantó por unos coloridos cupcakes, también elaboraron crepes y galletas de chocolate y su creación estrella: una divertida tarta con forma de Piolín (personaje favorito de la niña que celebraba su cumpleaños ese día, y que servía como ‘excusa’ para tan rica merienda). Con esa tarta de Piolín llegaron algunos de los momentos más hilarantes de lo que llevamos de temporada. Y es que no es nada sencillo hacer este tipo de elaboraciones sin un molde y sin experiencia previa, de manera que el pobre pajarito animado se quedó ‘algo de lejos’ de parecerse al original, para mofa tanto del jurado como de los propios integrantes del equipo. ‘¿Éste es Piolín? ¡Ya le pueden echar los niños imaginación! ¡Parece Calimero!’, decía Yayo Dapota, mientras Chicote apuntaba, divertido, ‘Es el Walking Death Pollo’. David añadía, entre risas, ‘era terrorífico, una especie de Piolín bronceado’.

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Sin embargo, a pesar de los parecidos ‘poco razonables’, daba la sensación de que tanto a los niños como al jurado (acompañado en esta ocasión por el prestigioso maestro pastelero Christian Escribà) les estaban gustando más las elaboraciones del equipo gris (‘malogrado’ Piolín incluido). ‘Da la impresión de que van ganar’, decía Susi. Pero entonces… llegaron los ‘payasos’ del equipo naranja, con Víctor a la cabeza, poniendo en escena un divertido espectáculo infantil (donde no faltaron los tartazos) para ganarse el favor de los pequeños. ¡Y vaya si se lo ganaron! Tanto, que finalmente fueron ellos, los miembros del equipo naranja, quienes se hicieron con la victoria en esta segunda y dulce prueba. Consecuencia: David, Marta y Marc deberían verse las caras en la prueba de la ‘Última oportunidad’ (dada su inmunidad, Peña tuvo la ventaja de librarse de esta temida prueba final en la que un concursante debe decir adiós al programa).

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De modo que allí estaban de nuevo, en los platós de 'Top Chef', los tres concursantes candidatos a ser expulsados esta vez. Tampoco era sencilla la misión en esta ocasión: ‘Deberéis elaborar un plato de pescado con dos elementos de río: la anguila y los cangrejos. Tenéis que hacer que estos dos productos se conviertan en una pareja muy bien avenida en una receta para cuya elaboración tendréis 60 minutos de tiempo’.

Y, por si no fuera suficientemente complicado, cuando los tres concursantes tenían ya más o menos encaminado su plato (pasadas ya las primeras de dificultades, entre ellas, tener que matar la anguila con sus propias manos), llegó ‘la típica Chicotada’, tal como la definió Marc: ‘Os traigo un nuevo ingrediente de río que tendréis que integrar en vuestra receta: unas ancas de rana’.

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La tensión y una concentración absoluta se dieron la mano durante los 60 minutos que duró la prueba. Pero a pesar de dar todo de sí mismos, ninguno de los tres concursantes consiguió deslumbrar al jurado. ‘Esperábamos acudir a una boda entre el cangrejo y la anguila pero no ha habido boda alguna y, además, el invitado de honor se ha perdido entre el resto de invitados’, aseguraba Susi Díaz tras la cata de los platos.

Aún así, parece que la propuesta presentada por Marc (unos raviolis de acelga, anguila y cangrejo con pasas y piñones) se aproximaba más a las directrices pedidas en el reto, por lo que fue el primero en ‘salvarse de la quema’ y reunirse con el resto de sus compañeros.

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Quedaban Marta y David quien, a pesar de haber sido autor de algunos de los mejores platos en programas anteriores, esta vez ‘pinchó’. Su ‘Fondo de río con cangrejo y anguila’ no gustó. ‘Me sorprende este plato viniendo de ti’, le decía un decepcionado Chicote. Tampoco Marta, a pesar del sentimiento y sensiblidad que había intentado imprimir en su receta consiguió convencer. La mallorquina, que se enfrentaba por vez primera a esta ‘Última oportunidad’ decidió elaborar un arroz como los que preparaba su abuelo para ella cuando salían a pescar en aguas baleares. Sin embargo, no acertó en el punto de cocción del arroz, ni en la textura y melosidad de se requería de un plato así, lo que le llevó a tener que abandonar el programa y convertirse así en la sexta expulsada.

Marta, desconsolada, no pudo evitar derrumbarse en un mar de lágrimas: ‘Es como haber ofendido a mi abuelo. Me sabe mal haber puesto su nombre a un plato y no haber conseguido lo que yo quería’. Lágrimas que contagiaron a Susi Díaz, quien, muy emocionada también, no dudó en levantarse y abrazar a Marta. ‘Me hubiera gustado verla cocinar más’, decía la miembro del jurado instantes después a Chicote, porque ‘las cocineras tenemos que ir dos veces para que se nos vea una’, explicaba en relación a la posición de la mujer en un mundo tan dominado por la figura masculina.

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Así, entre lágrimas y abrazos, Marta se despidió de sus compañeros y, ya más calmada, consiguió que la sonrisa volviera a su rostro. ‘Estoy muy contenta de haber pasado por aquí. He conocido compañeros geniales. Ahora tengo ganas de volver a mi restaurante y cocinar y cocinar y nada más’, aseguraba, aún emocionada.