Está a punto de despedir un 2015 “muy, muy bueno” para ella y con planes de irse de vacaciones en el horizonte, Blanca Romero afronta con ilusión las últimas semanas de diciembre. Dentro de nada comienza un año 2016 al que tiene bien claro qué pedirle. “El primer deseo que pido es volver a enamorarme” confesó durante la presentación de la nueva carcasa con cristales de Swarovski para el smartphone Samsung Galaxy S6. Un año que arrancará, como casi todos los días, practicando surf, un deporte que le aporta muchas cosas y se ha convertido en una más de sus pasiones: “Es un deporte muy difícil. Los beneficios que tienes cuando sales del agua son todos muy positivos para la salud, tanto a nivel físico como mental. Te rejuvenece”.
Centrada en el cuidado de sus dos hijos, Lucía y Martín, la modelo y actriz lleva un tiempo tranquila en Gijón haciendo trabajos puntuales y siendo testigo de cómo su hija ha da el salto al mundo laboral en el terreno de la moda. “Creo que Lucía tiene muchísimo estilo para la edad que tiene. La veo muy bien como modelo”, cuenta.
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Blanca Romero y Lucía Rivera, pisando fuerte fuera de nuestras fronteras
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Consejos sobre cómo moverse dentro de la industria de la moda no le ha dado ninguno, porque dice que “se crió en platós, en sesiones de fotos, en sesiones de rodaje; con lo cual ya sabe que hay que ser puntual e intentar que el equipo esté a gusto para crear una familia en el día de trabajo, y, sobre todo, la educación y ser buena con lo demás”.
Madre e hija mantienen una relación muy especial y son como uña y carne, tanto, que Blanca asegura que si por su carrera de modelo Lucía comienza a trabajar fuera de nuestras fronteras, la acompañará: “Su hermano y yo podemos acompañarla sin problema”. Los hermanos están también muy unidos, tal y como dijo Blanca. “Cuando mi hija se queda al cargo de su hermano lo cuida increíble, se llevan de maravilla. Se ríe mucho con él”.
Esta era la primera aparición pública de Blanca tras la boda de su exmarido Cayetano Rivera con Eva González y aseguró que se alegra mucho por él. “Por supuesto que me alegro. El bien de los demás es el bien de cada uno. Cuando pasan cosas bonitas para celebrar es maravilloso. Me da esperanza e igual algún día tengo la misma suerte” comentó.