Cuando alguien viene al gimnasio preguntando por las clases de yoga, el 99% suele ser público femenino. Pocos son los hombres que se muestran interesados en esta actividad y siempre es por la falta de conocimiento sobre esta disciplina.
El Yoga se concentra en la respiración, en la meditación y en la postura y es por ello por lo que es apto para cualquier persona ya que se adapta completamente al nivel de cada uno. Al practicar yoga, cada uno llega donde puede y ese es el objetivo. No hay prisas.
Normalmente enfocamos nuestro tiempo en el gimnasio en cultivar completamente nuestro cuerpo pero gracias al Yoga tenemos también el poder de enfocarnos en nuestra mente. Muchos de los ejercicios que se realizan son más, pura concentración que fuerza y esto nos va a permitir conocernos y controlar mucho mejor nuestra mente.
El aprender a respirar, concentrarnos en ello, saber meditar y desconectar nos va a permitir relajarnos, olvidarnos de las prisas de nuestra vida y así disminuir el estrés, uno de los mayores males de Occidente; y el estrés lo padecemos todos, en mayor o menos medida, pero nos afecta a hombres y a mujeres.
Muchos profesionales del deporte masculinos complementan su entrenamiento habitual con el Yoga, ya que les permite otros beneficios que no obtienen con su planificación diaria:
1- Equilibra la fuerza: con las posturas o asanas 2- Evita riesgo de lesiones: al ser movimientos muy lentos y controlados al estar completamente concentrados en lo que estamos realizando. 3- Aumenta el rango de movimiento: ayuda a estirar los grandes grupos musculares 4- Relajación: mental y de los músculos 5- Con el entrenamiento combinado mejoran su rendimiento 6- Aprenden a concentrarse: se enfrentarán mejor a competiciones.
Y lo bueno de todos estos beneficios es que no solo sirven para profesionales sino que los podemos aplicar a cualquier hombre o mujer ¡Probadlo!