Aprende a combatir la pereza para llevar una vida sana
Por Juan Rallo
Cuidarse puede ser un motivo de estrés si estás pensando todo el día en ello. Si desde las primeras horas del día te acuerdas de que tienes que ir a entrenar, del esfuerzo que tienes que hacer, y vas bombardeando a tu cabeza con pensamientos negativos, es normal que a la hora de la verdad ya llegues cansada, y que tomes una mala decisión.
Con cada mal pensamiento que tienes durante el día tienes que auto convencerte y animarte para hacer lo correcto, tantas veces habrás tenido que luchar contra tu pereza que cuando llegue el momento de la verdad, tus argumentos se habrán disipado, y tu pereza habrá crecido.
Solo importa el último momento, y es el único por el que debes luchar mentalmente, la hora de la verdad, el momento en que diriges tu coche o tus pasos hacia el gimnasio y no hacia casa, si no has pensado en ello durante todo el día tus argumentos para ejercitarte vendrán todos juntos y frescos de manera que no podrás decir que no.
Aprovecha el tiempo del día en tus cosas que seguro que son mucho más importantes que estar pensando en la pereza que te pueda dar luego ir al gimnasio.
Lo mismo pasa con las comidas sanas, si estás todo el día pensando en que a la hora de comer tienes que sacrificarte y comerte, por ejemplo una ensalada, con lo que te gustaría cambiarlo por algo más “apetitoso”, cuando llegue la hora de la comida ya estarás harto de la ensalada aunque ni la has visto.
Todos tenemos una amiga o amigo que está todo el día diciendo que luego tiene que ir al gimnasio o que está a dieta, algunos se hacen incluso cansinos de tanto repetirlo, pero llegado el momento de la verdad, caen como moscas, son el claro ejemplo de que están todo el día auto convenciéndose porque saben que no lo van a hacer, y al final lo único que consiguen es cansarse antes de tiempo y cansar a los demás.
No permitas que este sea tu caso, todos sabemos que a las personas se les mide por sus actos, no por sus palabras.
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Solo importa el último momento, y es el único por el que debes luchar mentalmente, la hora de la verdad, el momento en que diriges tu coche o tus pasos hacia el gimnasio y no hacia casa, si no has pensado en ello durante todo el día tus argumentos para ejercitarte vendrán todos juntos y frescos de manera que no podrás decir que no.
Aprovecha el tiempo del día en tus cosas que seguro que son mucho más importantes que estar pensando en la pereza que te pueda dar luego ir al gimnasio.
Lo mismo pasa con las comidas sanas, si estás todo el día pensando en que a la hora de comer tienes que sacrificarte y comerte, por ejemplo una ensalada, con lo que te gustaría cambiarlo por algo más “apetitoso”, cuando llegue la hora de la comida ya estarás harto de la ensalada aunque ni la has visto.
Todos tenemos una amiga o amigo que está todo el día diciendo que luego tiene que ir al gimnasio o que está a dieta, algunos se hacen incluso cansinos de tanto repetirlo, pero llegado el momento de la verdad, caen como moscas, son el claro ejemplo de que están todo el día auto convenciéndose porque saben que no lo van a hacer, y al final lo único que consiguen es cansarse antes de tiempo y cansar a los demás.
No permitas que este sea tu caso, todos sabemos que a las personas se les mide por sus actos, no por sus palabras.