El calendario no engaña y ha dado el pistoletazo de salida al verano. Por fin estrenamos estación, tal vez la que más anhelamos el resto del año, además de por el hecho en sí de estar de vacaciones, lejos de la rutina diaria, porque el verano viene repleto de pequeños y grandes placeres que, además, tienen ventajas tanto para la salud como para la belleza. Hemos seleccionado cuatro.
¡Descansa y relájate! Madrugones, prisas... A lo largo del año, le restamos tiempo al descanso. Y es que no a todo el mundo le resulta fácil llegar a ocho horas de sueño. Un grave error, pues dormir poco no sólo empeora el rendimiento diario y el nivel de energía, sino que incluso es causa de radicales libres, lo que se traduce en envejecimiento. El cuerpo necesita el sueño para repararse, y las vacaciones son un excelente momento para ello. Y a eso hay que sumar la saludable siesta. Si hay un tiempo propicio al sueño después del almuerzo, ese es el estío, sea por vacaciones o por jornada intensiva. Y no hace falta dedicarle horas y horas: hay estudios que demuestran que bastan veinte minutos de reposo tras el almuerzo para reponer energías y sentirse mejor.
Melena suelta y ¡adiós secador! Aunque sólo sea por unas semanas, nada de secadores, peluquería o largas horas frente al espejo. Con el calor, el pelo se libera de todo tipo de ataduras y se peina al aire, disfrutando de un periodo de descanso de todo tipo de tratamientos más o menos agresivos. Una auténtica pausa y descanso para la generalmente agotada fibra capilar, que debe potenciarse usando productos regeneradores.
¡Mima tu cuerpo (incluidos los pies)! Es época de mangas cortas, bikinis, shorts y minifaldas. Por eso, son muchas las que aprovechan esta época –aunque deberían hacerlo a lo largo de todo el año- para cuidar más su cuerpo de cara a que luzca radiante. Así, la piel del cuerpo se exfolia, hidrata y mima con especial cuidado.
Además, ¡bienvenidas sean las chanclas y las sandalias abiertas! Estas devuelven a estas castigadas extremidades la libertad necesaria para recuperarse. El secreto es usar una exfoliante de pies a menudo, para darles suavidad, seguida de la aplicación de una crema hidratante específica. Y, además, un aliado extra: los paseos por la arena de la playa. Caminar por ella es un excelente ejercicio para toda la musculatura de los pies y de los gemelos. Si además la arena es algo áspera, se puede aprovechar para hacer una pequeña exfoliación de las plantas. Otra buena idea para mejorar la circulación de las piernas y combatir la celulitis es darse un buen paseo sumergida hasta media pierna por la orilla del mar, ya que la resistencia del agua tiene un efecto tanto mecánico como tonificante sobre piel y músculos.
¿Y la alimentación? Ensaladas y refrescantes frutas se convierten en nuestros mejores compañeros para pasar los calores estivales. Hay que aprovechar las propiedades de los productos de temporada, por ejemplo de la sandía, riquísima en agua y pobre en calorías. Un snack delicioso que sacia y calma la sed con un enorme aporte de vitaminas. Y qué decir del gazpacho, uno de nuestros platos más sanos y completos. Rico en vitaminas, en fibra y bajo en calorías, refrescante, sabroso y nutritivo, es el plato perfecto para cualquier momento.