Todo el mundo sueña con viajar, pero, si además eres corredora, soñarás con viajar con unas zapatillas en la maleta.
Ver en una misma carrera la Sagrada familia y el parque Güell, o el Palacio de Oriente y la plaza Mayor, ver la torre Eiffel desde todos sus ángulos o correr por Central Park y ver como graban una película. Da igual que sean unas vacaciones culturales que de sol y playa. Tan bonito es un atardecer corriendo como rodear una catedral a la carrera.
Piénsalo, pocas formas de turismo son tan prácticas como ésta que te propongo. Correr te da la velocidad justa para disfrutar de una ruta lo suficientemente amplia, en mucho menos tiempo que caminando, y con muchas menos molestias al no pasar tantas horas andando o de pie. Tampoco la bicicleta te deja la misma libertad, ya que no deja de ser un vehículo y hay que prestar más atención a la carretera.
Así que te invito a que este verano, cuando te vayas de viaje, hagas una primera ruta corriendo, para conocer la ciudad de otra forma. Mi fórmula es la siguiente:
Cuando viajo a una ciudad nueva, trato de informarme cuales son los puntos de interés y trazo un pequeño circuito, sin tiempos ni obligaciones, sencillamente para disfrutar. Con esta primera carrera consigo mucho más de lo que te puedas imaginar.
- Hago una primera localización
- Veo lo que vale y lo que no vale la pena visitar más detenidamente.
- Desconecto totalmente y entro en modo vacaciones de golpe.
- Gracias a la carrera veo dos veces lo que la mayoría de turistas solo una.
- Y todo ello con el subidón de las endorfinas corriendo por las venas a tope.