Senderismo, un buen plan para ponerte en forma tras las vacaciones

Te resumimos sus principales ventajas y los consejos para sacarle partido

por hola.com

Estamos a punto de decir adiós al mes de agosto, el mes de verano por excelencia. Punto y final de las vacaciones para muchas personas. Pero la vuelta a la rutina no debe convertirse en una excusa para quedarte en casa. El mes de septiembre, que estamos a punto de recibir, se convierte en un momento perfecto para aprovechar los fines de semana practicando senderismo. Conocerás paisajes de ensueño a la vez que te pones en forma... ¡todo son ventajas!
 Carlos Bernardos, director técnico de GO fit, explica que “la convivencia con la naturaleza nos brinda una ocasión para dejarse llevar y sentirse mejor con uno mismo”. Por eso, si no eres ‘carne de gimnasio’ y te cuesta horrores seguir una disciplina para hacer deporte, caminar es, no lo dudes, una buena alternativa y, además, en estas vísperas del otoño, te permitirá disfrutar de paisajes con un colorido de ensueño. ¿No te parece apetecible?

¿Sus ventajas? “El senderismo tiene numerosas ventajas físicas y mentales”, apunta Carlos Bernardos. No sólo es una actividad que aporta beneficios sobre el sistema cardiorrespiratorio por la práctica en un medio natural y en altura, sino que “al ser un ejercicio aeróbico ayuda a activar la circulación y previene enfermedades cardíacas”. Además, mejora la capacidad de orientación y adaptación a los diversos tipos de terreno. Caminar elimina tensiones, mejora el sistema cardiovascular y tonifica brazos y piernas. Además, puede ayudarte a perder esos kilitos de más que tanto te preocupan pero, no sólo eso, pues está demostrado que su práctica regular reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis y la diabetes.

Forma física
Si tu estado de forma no es todo lo bueno que sería de desear o nunca has realizado ejercicio, no está de más que, antes de coger la mochila y ponerte a andar, entrenes unos cuantos días antes. Simplemente, tres veces por semana da un paseo vigoroso; a medida que te vayas encontrando más cómoda, aumenta la frecuencia hasta realizar una buena caminata diaria. Para potenciar el esfuerzo cardiovascular, realiza periodos más intensos durante dos o tres minutos, acelerando el paso o subiendo cuestas. Si no estás habituado a hacerlo, no intentes darte una paliza realizando una caminata de kilómetros nada más comenzar. Debes hacerlo de forma progresiva, aumentando el ritmo gradualmente.

Con un buen equipo
-Ya que se trata de caminar, lo primero que debes tener en cuenta es utilizar un calzado adecuado. Si vas a hacer largas caminatas por senderos irregulares, lo mejor es que te hagas con unas buenas botas porque sujetan mejor el tobillo para prevenir posibles lesiones.

-Junto al calzado hay que prestar atención a los calcetines, que deberán ser o bien de algodón o lana. Evitarás rozaduras o ampollas.

-Por último, procura vestir ropa cómoda y holgada, que sea transpirable para evitar los roces que suelen provocar dermatitis de contacto, sobre todo en la zona interna de los muslos. No te olvides tampoco de un sombrero o una gorra para impedir insolaciones o quemaduras  y de ir provisto de agua suficiente para no correr el peligro de deshidratación.