El deporte contribuye también a mejorar la autoestima y el sentido del humor. Además, es capaz de disminuir la ansiedad y de combatir el estrés, pues se convierte en un gran aliado para liberar tensiones. En Estados Unidos se está probando el deporte como nueva terapia contra la depresión.
Si se practica de forma regular, caminar, correr o montar en bicicleta puede contribuir a aumentar las expectativas de vida, favoreciendo una vejez más sana y previniendo el riesgo de muerte prematura.
Algunas personas cometen el error de someterse a dietas severas sin realizar a la vez algún deporte. Aunque sea media hora al día debemos dedicarla a hacer ejercicio, ya sea en un gimnasio o siguiendo en casa una sencilla tabla gimnástica. No hay que olvidar que el sedentarismo es una de las causas de la obesidad.
Existen dos tipos de colesterol, los llamados ‘bueno’ y ‘malo’. El ejercicio contribuye a elevar el primero.
Si se practica ejercicio de forma regular y sin excesos, se puede aumentar la capacidad de aprendizaje y la memoria.
En efecto, existen estudios que demuestran que si una persona está en forma, se favorece su riego sanguíneo, lo que contribuye a prevenir la aparición de este problema.
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