Hedonismo en estado puro. Pocas cosas hay comparables a las llamadas islas-‘resort’, donde se disfruta de la vida con un lenguaje distinto. Son islas convertidas en hotel que están atrapando a los entienden el lujo de un modo distinto. Un concepto de turismo tranquilo y acaudalado, discreto y elitista. Poco importa que los precios sean caros, ya que aquí se disfruta como en pocos sitios. Naturaleza exuberante y subyugadora. Exotismo puro. Estas islas son el lugar preferido por grandes empresarios multinacionales, ‘top models’ y deportistas de elite para pasar unas vacaciones distintas, en busca de sol, mar, descanso y deporte, alejados de todo.
Aunque en algunas ocasiones el acceso no es fácil, un pequeño vuelo en avioneta o un rápido trayecto en barco suele ser el preámbulo a nuestro destino. A nuestro alrededor sólo tenemos islas deshabitadas y barreras de coral. Su riqueza de flora y fauna hace que sean paraísos perdidos en el mar, que ofrecen paz y relax. Tal vez por ello, cada vez son más los ‘honey-mooners’ que deciden pasar unos días escondidos en alguna de ellas. Todo lo que se le ocurra está permitido. No existen más habitantes que aquellos que ocupan las escasas cabañas o ‘cottages’ para el alojamiento. Aquí todas las habitaciones tienen vistas al mar. Las arenas escoltadas por palmeras y cocoteros, aguacates y bambúes, ponen un toque de sensualidad que cautiva a los más exigentes. Nada está de más. Algunas cabañas tienen todos los adelantos de las nuevas tecnologías, aunque otras no tienen ni televisión. A ello hay que sumar la excelente gastronomía, cuyo plato estrella, claro está, es el pescado más fresco.
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