La capital navarra está contando los días para comenzar la celebración de los sanfermines, uno de sus fiestas más emblemáticas. Conocidos internacionalmente Pamplona se prepara para acoger a miles de personas venidas de todo el mundo para disfrutar de uno de sus eventos más espectaculares: los encierros. Son días de diversión y jolgorio, pero también una oportunidad única para descubrir una ciudad con mucha historia, ¿le apetece conocerla?
Rodeada de montañas y sobre una fértil llanura, Pamplona ha favorecido, desde tiempos muy remotos, el asentamiento del hombre. Allá por el año 75 a. C., el general romano Cneo Pompeyo Magno fundó la ciudad siguiendo el tradicional trazado regular romano. Durante los belicosos años de la Edad Media las murallas, baluartes y bastiones defensivos protegieron los tres burgos que configuran el casco antiguo (Navarrería, San Nicolás y San Cernin). Sus callejuelas, plazas y rincones, siempre con la calle Mayor como precisa guía, han visto pasar durante siglos infinidad de peregrinos que siguen el trazo del Camino de Santiago. Dejan atrás la iglesia de San Cernin, pasan cerca del Hospital General (hoy Museo de Navarra), de la iglesia de Santo Domingo, del Ayuntamiento y de la iglesia de San Lorenzo, en cuyo interior se venera la imagen de San Fermín, patrono de la ciudad y titular de una de las fiestas más famosas del mundo. Con el chupinazo explotan los sanfermines y miles de pañuelos rojos y de camisas blancas inundan la ciudad. Misas y encierros, procesiones y charangas, devociones al santo y corridas de toros se suceden en una vorágine ininterrumpida y fascinante, y hacen de esta fiesta el mejor y más conocido reclamo de la capital navarra a nivel universal. Pamplona es también tranquila, de larga historia, con amplias avenidas y gente hospitalaria. Los grandes parques —como La Taconera, La Ciudadela o Yamaguchi— la convierten, además, en una de las ciudades más verdes de Europa.
Imprescindible
Recorrido del encierro. Permite conocer una parte del casco antiguo. En el recorrido que discurre desde los corralillos del Gas y hasta la plaza de toros se encuentran el Ayuntamiento y la calle Estafeta, mítica por ser el principal escenario de la popular carrera taurina.
Plaza del Castillo. Es el corazón de la ciudad y punto de referencia para visitar el centro histórico, además de lugar de reunión para disfrutar de la gastronomía. En sus soportales se encuentran restaurantes y terrazas que dan gran ambiente a la ciudad.
Los burgos. Pamplona estuvo dividida en tres ciudades en la Edad Media: los burgos de San Cernin, Navarrería y San Nicolás. Destacan en ellos varias iglesias de estilo gótico tardío y una zona amurallada que se aprecia en El Redín, junto a la catedral.
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