Es director de cine, productor, guionista y ha hecho sus pinitos como escritor, pero su inquieto espíritu le ha llevado a probar suerte como bodeguero (desde 1975 posee una finca, Niebaum, donde elabora sus propios caldos); además, se ha metido en el mundo de la hostelería con la apertura de dos exclusivos resorts de lujo en Belice (Blancaneaux Lodge y Blancaneaux Turtle Inn) y dos célebres cafés (uno en San Francisco y otro en Palo Alto, ambos en California). Y, por si todo esto fuera poco, ha demostrado su interés por la cocina comercializando varios productos de salsas, pastas italianas y aceite de oliva... Ante semejante historial uno puede preguntarse, ¿de dónde saca tanto tiempo para hacer cosas tan diversas?
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