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José Ortega Cano y Rocío Jurado
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Gerard Depardieu
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Francis Ford Coppola
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Otros famosos metidos a viticultores, como el polifacético Gran Wyoming, tienen aspiraciones más modestas y, lejos de plantearse la viticultura como un negocio rentable, se han acercado a ella por mera afición, eso sí, ha buscado el asesoramiento de especialistas como Ignacio de Miguel, enólogo de la Bodega Dehesa del Carrizal. En la misma línea está Lluis Llach, que compagina sus conciertos y la poesía de sus canciones con la elaboración de vino en su Porrera natal, un pueblo de la comarca catalana del Priorato, sede de la bodega Valls-Llach Mas Martinet.
José Ortega Cano y su mujer, Rocío Jurado, también han sentido la llamada de la viticultura. Mientras él produce vino de la Ribera del Duero con las bodegas Matarromera, ella produce moscatel entre Chipiona, San Lúcar de Barrameda y Rota.
Fuera de nuestras fronteras, personajes del mundo de la farándula también han querido hacer realidad su sueño de convertirse en viticultores. Y si no, véase el ejemplo de los actores Gerard Depardieu, que compró los viñedos, castillo incluido, a orillas del Loira, en la región francesa de Anjou, o Christopher Lambert, que con la colaboración del prestigioso enólogo Eric Beaumard también ha querido formar parte del grupo de actores que ven el vino como algo más que un producto a degustar. El ejemplo más espectacular lo protagoniza el director de cine Francis Ford Coppola, que compró a una antigua familia de viticultores californianos la finca Niebaum para fabricar unos caldos que han alcanzado altos niveles de cotización en el mercado. Uno de los últimos, es un vino blanco que ha bautizado con el nombre de su hija Sofía, directora y actriz.
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