Capitanes intrépidos por los canales de Francia
La experiencia que se puede vivir en estas vías navegables nada tiene que ver con la de embarcarse en un crucero al uso. Aquí eres tú mismo el que maneja el barco –que se conduce sin licencia–, el que decide hasta dónde quieres navegar cada día, el que abres las esclusas y amarras en los pequeños puertos del recorrido. Nos hemos puesto al frente de una de estas casas flotantes para descubrirte las vacaciones más inolvidables y originales que puedes pasar en familia o con amigos. Para que luego puedas presumir.
El mapa de las vías navegables que se encuentra a bordo recoge toda la información sobre las distancias y los tiempos aproximados de crucero de un punto a otro, los servicios y zonas de amarre y los lugares de interés al llegar a cada pueblo o ciudad / © Esperanza Moreno
Iglesia de Saint-Pierre de Auvillar / © Esperanza Moreno
Auvillar está considerado uno de los pueblos más bonitos de Francia / © Esperanza Moreno
Iglesia neogótica de Buzet-sur-Baïse / © Esperanza Moreno
En esta relajante aventura fluvial no existen las prisas porque la embarcación se mueve a menos de 10 kilómetros por hora y cada día se navega solo una media de tres o cuatro horas / © Esperanza Moreno
Navegando se atraviesa un bucólico paisaje enmarcado por una vegetación de ribera –unas veces más abierta y otras más tupida– y acompañado por una senda que corre paralela al canal y por la que circulan ciclistas y peatones / © Esperanza Moreno
El paso de las esclusas es una tarea en la que todos los pasajeros y hasta los más pequeños participan / © Esperanza Moreno
La región de Nueva Aquitania, al suroeste de Francia es un buen lugar para estrenarse en la aventura de convertirse en capitán de barco por unos días.