Rendida al arte y a la cultura, la capital de la justicia mundial comienza también a pisar fuerte en el terreno del saber culinario. De pronto, como los hongos, se multiplican las estrellas Michelin, los chefs que hacen virguerías con el pescado fresco del Mar del Norte y los espacios cool de comida saludable a donde acude la gente guapa. ¿Quién dijo que esta urbe holandesa era sinónimo de seriedad?