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Cada una de ellas, a cada cual más suntuosa, está equipada con cama giratoria, cine privado, 27 líneas de teléfono, ordenador portátil con conexión a internet, televisión, vídeo, equipo de alta fidelidad, ascensor privado, jacuzzi...
Pero si las habitaciones son el colmo del lujo y el glamour, no lo es menos el vestíbulo que recibe a los clientes: para las paredes y suelos se ha utilizado mármol de Statutario (el mismo mármol italiano que utilizó el genial escultor Miguel Ángel en el s. XVI), 8.000 metros cuadrados de hojas de oro para la decoración y 28.000 luces.
¿Puede imaginar algo más? Pues sí, porque de entre los siete restaurantes que existen en este maravilloso hotel, uno de ellos, Al Mahara, transporta al comensal a las profundidades del mar. Rodeado por un acuario gigante, los clientes podrán degustar las exquisitas especialidades de su cocina mientras observan animales y plantas marinas, entre otras muchas, corales o increíbles tiburones. |
