Tras los pasos de María Teresa de Habsburgo por Viena en su aniversario

Viena está de fiesta este verano para celebrar el 300 aniversario del nacimiento de su emperatriz María Teresa, la mujer más poderosa de los Habsburgo, que gobernó 40 años su gran Imperio. Como homenaje, te damos las pistas para que no te pierdas las exposiciones que le rinden homenaje ni la curiosa ruta que permite conocer algunos de sus secretos en la capital austriaca.

por Javier Carrión

EL ÚLTIMO DESCANSO DE MARÍA TERESA
La tumba de María Teresa I de Habsburgo está en la Cripta Imperial de la iglesia de los Capuchinos de Viena (kapuzinergruft.com), donde permanecen los restos de los más importantes miembros de la dinastía. Entre los casi 150 sarcófagos que reposan aquí, algunos de estilo barroco están considerados auténticas obras de arte, como el monumental de María Teresa. Además de ella están enterrados en la cripta Francisco José I y Sisi, Maximiliano I de México y los últimos miembros de la familia: la emperatriz Zita y Otto de Habsburgo.

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EL CORAZÓN, EN LA IGLESIA DE LOS AGUSTINOS
El corazón de María Teresa no está junto a sus restos, sino en la capilla de Loreto de la iglesia de los Agustinos (augustinerkirche.augustiner.at), situada entre la Albertina y el Palacio Imperial Hofburg. Es el mismo templo donde muchos Habsburgo contraían matrimonio. Aquí se casaron en 1736 la emperatriz María Teresa y Francisco Esteban von Lothringen, el emperador Francisco José I y Sisi en 1854, el príncipe heredero Rodolfo y la princesa Estefanía en 1881 e incluso el emperador francés Napoleón y María Luisa en 1810. Y aquí está el monumento fúnebre de la arciduquesa María Cristina, hija de María Teresa, de Antonio Cánova, en mármol blanco es una obra maestra de la arquitectura clasicista.

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LAS CATACUMBAS DE SAN ESTEBAN
En el centro de Viena, la torre sur de la catedral gótica de San Esteban (stephanskirche.at), con 137 metros de altitud, tiene nombre propio, Steffl y es una de las grandes atracciones de la ciudad, pues cada piedra de este símbolo de Viena guarda su propia historia. Se pueden subir los 343 peldaños que llevan hasta lo más alto de esta atalaya para disfrutar de las vistas; o en ascensor a la Pummerin, la campana más grande de Austria, en la torre norte. Lo que quizás sepa menos gente es que en el interior del templo, que merece una sosegada visita, se custodian los intestinos de la emperatriz María Teresa. Están en la urna 18 (de cobre) de la cripta ducal, lo que los vieneses conocen como las catacumbas de la catedral.

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EL MONUMENTO MÁS CARO DE LA RINGSTRASSE
Hay en Viena un monumento entre los dos museos gemelos de Historia Natural e Historia del Arte que homenajea a la emperatriz María Teresa. Sobre un pedestal y una columna impresionante de 19 metros se alza el trono con la figura de la única regente del país centroeuropeo a lo largo de su historia. Lo curioso es que fue el más caro de todos los levantados en la Ringstrasse, y eso que hay un buen puñado de ellos en este popular anillo vienés, los de Mozart, Strauss, Sisi, Schiller, Goethe... Su construcción requirió trece años y se inauguró ante la presencia de la emperatriz Sisi.

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LOS APOSENTOS DEL PALACIO DE SCHÖNBRUNN
Con motivo del 300 aniversario del nacimiento de María Teresa, en el palacio de Schönbrunn (schoenbrunn.at) se han abierto los aposentos privados que la emperatriz nunca coronada utilizaba para huir de los calurosos días del verano vienés. Se muestran vacíos, pero con los frescos originales de J.W. Bergl y una exquisita colección de chimeneas y lámparas muy decorativas. En el interior del palacio también se visita la Gran Galería, (salón de baile), con un hermoso fresco en el techo que preside la emperatriz, y la estancia con su cama, famosa porque solía recibir en ella a los invitados de sus audiencias. Curioso resulta saber que María Teresa I dio a luz a dieciséis hijos durante diecinueve años de su vida.

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En un edificio anexo al palacio, el Museo de Carruajes Imperiales (kaiserliche-wagenburg.at ) acoge, entre las impresionantes carrozas doradas de la familia imperial, un puñado de vestidos y cuadros de la emperatriz, en sana competencia con los de Sisi.  Mientras en la Gran Casa de las Palmeras, el invernadero exterior, se exponen las plantas que llevó a Viena Nicolaus Joseph von Jacquin por encargo de María Teresa y su marido.

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LOS MEJORES RETRATOS, EN BELVEDERE
Si se prefiere disfrutar de los mejores retratos pictóricos de María Teresa, hay que acudir al palacio Belvedere (belvedere.at). De los dos palacios que lo forman, el de abajo acoge una exposición conmemorativa del 300 aniversario de la emperatriz centrada en su relación con las artes plásticas.

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Una selección que convive con una muestra de la obra más atrevida de Klimt (Klimt y la Antigüedad Clásica-Encuentros eróticos) y con su afamada colección expuesta en el Belvedere de arriba, donde obligado es hacerse un selfie con El beso.

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MUSEO DEL MUEBLE Y MUSEO DE HISTORIA DEL ARTE
El abanico de propuestas conmemorativas continúa en el Museo del Mueble (hofmobiliendepot.at) con la mayor exposición sobre la vida y obra de esta emperatriz, que profundiza en el entorno familiar y la política matrimonial de la dinastía (Maria Theresa: Strategist – Mother – Reformer. mariatheresia2017.at) hasta el mes de noviembre. También incluye una colección de monedas conmemorativas, la más espectacular de la gobernante, en el Museo de Historia del Arte (khm.at).

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