El paraíso existe y está en la isla de Kanuhura

Cada momento es un placer en esta isla privada emplazada en el atolón Lhaviyani de Maldivas. Así da gusto ser un náufrago.

por hola.com

El paraíso tiene que ser muy parecido a la isla de Kanuhura, con sus palmeras en la arena, el mar de un azul casi transparente, sus villas con techos de paja sobre el agua… En esta hermosa isla privada del océano Índico, en el centro de los brillantes atolones de las Maldivas, da gusto ser un náufrago, porque se vive sin preocupaciones, sin necesidad de hacer señales de humo para que le rescaten, tan solo disfrutando del paraíso.

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Kanuhura Maldives [http://www.kanuhura.com/] ha creado en este genuino lugar bendecido por la Naturaleza una isla de lujo y de diseño tropical integrada en el paisaje y con los materiales naturales como protagonistas. Para alojarse hay bungalows que desde sus camas king size se contempla, a elegir, el amanecer o el atardecer, villas sobre la misma arena con playa privada, otras sobre lagunas de aguas cristalinas con piscina y jacuzzi en la terraza para parejas o para familias… Todos ellas con estancias refinadas y armónicas para el relax, el descanso. Así, quién quiere salir de aquí.

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En Kanuhura Maldives cada momento es un placer y el mar siempre es el telón de fondo. También a la hora de disfrutar de la gastronomía en sus cinco restaurantes repartidos por el resort. Si Dagas brinda en un espacio contemporáneo abierto que brinda una excelente cocina fusión, A Mano ofrece a cualquier hora del día platos de la cocina panasiática y Bottega es el lugar para probar las especialidades italianas. Si singular es la experiencia de subirse a un dhoni, el tradicional barco de este rincón del Índico, y hacer un romántico crucero para contemplar cómo se oculta el sol mientras se degustan a bordo ostras frescas, caviar y champagne; exclusiva es la de poner rumbo a la apartada isla privada de Jehunuhura, a pocos minutos en barco, para degustar los asados a la parrilla de Drift.

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Cierto es que en este paraíso del Índico nadie sabe lo que es la palabra estrés, así que el spa -con hamman, baño turco, jacuzzi, pabellón al aire libre, piscina de inmersión en frío…- está más enfocado a la relajación y al cuidado del cuerpo y de la mente, donde también se imparten clases de meditación, yoga, pilates... Resulta elegante, con una decoración inspirada en la naturaleza y ambientado por aromas delicados, telas suaves e ingredientes naturales que se combinan para elevar el cuerpo y la mente. Un viaje sensorial de bienestar y armonía en un refugio alejado de todo.

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Sin salir de este templo de lujo chic se puede salir a bucear, a navegar, apuntarse a algún deporte náutico o jugar al squash… por si algún náufrago quiere más actividad.