48 horas en Utrecht… una visita ‘con estilo’

Íntima y apacible, Utrecht es uno de los ejemplos más destacados de urbe medieval que conserva el encanto de lo auténtico. Este año, la conmemoración del centenario del movimiento De Stijl (El Estilo), la vanguardista tendencia artística que cambió la historia del arte, el interiorismo… e incluso la moda, es una excelente ocasión para pensar en una escapada de fin de semana a esta bella ciudad holandesa.

por Pedro Grifol

VIERNES
Sabido es que en Holanda todo el mundo circula en bicicleta... ¡pues en Utrecht más! Nada más llegar, nos daremos cuenta que los coches no existen, o esa es la sensación que se tiene cuando se pone el pie en el asfalto. Los semáforos se respetan, los peatones cruzan la calle en orden… y el grueso del pelotón sigue su ruta sobre ruedas. Un mundo feliz.

La ciudad tiene una población de -aproximadamente- de 300.000 habitantes, de los cuales por lo menos un tercio son estudiantes, lo que nos lleva a considerar el lugar como una de las ciudades más jóvenes de Holanda. Con ese perfil de habitantes no es difícil imaginar que el ambiente festivo esté garantizado en los fines de semana; y los turistas -¡por supuesto!- salen beneficiados de esta circunstancia lúdica.

Recomendable buscar un hotel céntrico (hoteles.com/utrecht/hotel‎). El Hotel Dom (hoteldom.nl) está pegadito a la Torre Dom (domtoren.nl), centro neurálgico, símbolo de la ciudad y torre más alta de Holanda, que con sus 112 metros de altitud y construida a mediados del siglo XIV con ladrillo, piedra y argamasa, resistió al huracán que se llevó media catedral... Mientras subes sus 465 escalones tendrás tiempo para reflexionar sobre la historia del huracán que cuenta el folleto.

La ciudad se puede explorar a pie, porque todo lo que le interesa al visitante está muy cerca; pero la opción ‘a pedales’ tiene también su interés, porque además de las convencionales bicis de alquiler de dos ruedas, existe también la posibilidad de alquilar una bicicleta acuática a pedal (canal.nl/bike/nl/utrecht) o una canoa (kanoverhuurutrecht.nl) para ver la ciudad desde los canales, ya que el corazón del casco antiguo está rodeado por un canal circular llamado Oudegracht (Canal Viejo), único por sus características (nada que ver con los canales de Ámsterdam), aún navegable y encastrado entre muelles. En el siglo XII, al descender el nivel de las aguas, se añadieron los embarcaderos, se plantaron árboles en las orillas y se construyeron almacenes abovedados debajo de las casas para almacenar mercancías. Hoy en día esos espacios están ocupados por cafés, vinotecas y restaurantes que plantan sus terrazas  a pie de muelle, enriqueciendo la singladura por el canal y que con la llegada del buen tiempo se convierten en lugares de encuentro para tomar el aperitivo, o cenar a la luz de románticas candelas. Uno de estos restaurantes es el Aal (aalrestaurant.nl) , donde se puede degustar ‘el filete del judío’, llamado así porque forma parte del menú kosher. Curioso… y buenísimo.

Y al hotel, porque tenemos que estar en forma para el siguiente día.

SÁBADO
De buena mañana, podemos dar un paseo en barco por los canales; pero esta vez que conduzca el barquero. La navegación resulta muy agradable porque los whispers boats (schuttevaer.com) son barcos eléctricos…y, por lo tanto, silenciosos. Así podemos admirar las fachadas históricas con otra perspectiva, ideal para la foto recuerdo.

A la hora de tomar un tentempié, no podemos irnos de la ciudad sin probar su especialidad de street food… Aunque como es más cómodo comer sentados, lo mejor es localizar una mesa, aunque sea compartida, en la terraza de De Rechtbank (restaurantdechbank.com). El restaurante está situado en pleno centro de la ciudad, y allí se disfrutan las típicas bitterballen, croquetas de ternera, crujientes y gigantescas… siempre con una cervecita.

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Recomendable hacer shopping al aire libre por el mercado de flores de Janskerhof o por el mercado de telas de la Breedstraat (que se instala solamente los sábados), existente desde 1597 (dicen las guías). Es toda una experiencia.

Seguimos de compras por el centro Hoog Catharijne (hoohcatharijne.nl); por  la tienda Dille & Kamile (dille-kamille.com), que es una tienda ‘trendy’ desde hace más de 40 años que tiene objetos caseros funcionales y hechos con materiales naturales; o por Bebop (bebop.nl), representante en la ciudad del diseñador de muebles más importante de Holanda, Piet Hein Eek… donde quedarás estupefacto con los diseños este creador del  nuevo diseño holandés.

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Y toma nota para otras -opcionales- visitas para la media tarde: Si no llueve, las terrazas de las cervecerías y los cafés se llenan a rebosar -y si llueve da igual ¡la vida no se para en Holanda porque llueva!-, las mesas de las terrazas se pueden poner y quitar cuántas veces haga falta. La terraza del restaurante Winkel van Sinkel (dewinkelvansinkel.nl), que en realidad es una tienda donde se puede comprar de todo, es toda una institución. Bajo la mirada de sus cariátides de cartón piedra pasa cada día toda la población flotante de la ciudad. Imprescindible sentarse en la primera fila para ver la fauna que desfila… ¡más de 100 nacionalidades! Enfrente se encuentra la cervecería Oudaen (oudaen.nl), donde se elabora una singular cerveza artesanal desde tiempos medievales... tampoco puedes marcharte de la ciudad sin probar su 'rubia'.

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A la hora de cenar podemos elegir algo de diseño en la mesa. Utrecht cuenta con uno de los restaurantes más reputados de Holanda, Karel V (grandrestaurantkarelv.nl), situado dentro de un antiguo monasterio de la Orden Teutónica y transformado en el hotel de 5 estrellas más exclusivo de la ciudad. Su innovadora cocina ha sido distinguida con una merecida estrella Michelin y constituye una experiencia que merece la pena probar. Uno de sus platos estrella es el sencillamente titulado langoustine & pork belly, pero que no tiene nada de sencillo, ya que los tiempos de cocción de los ingredientes y las genialidades imperceptibles a la vista pero que confieren delicados matices al paladar, nos obligan a una explicación personalizada del chef: 'La panceta se cuece lentamente y las trufas se hornean ligeramente; al puré de zanahoria se le añade curry amarillo de Sri Lanka, se decora con hojas frescas de acedera para incorporar una nueva textura y color; y finalmente se colocan encima los cuatro langostinos ligeramente cocidos'... ¡y sólo es un entrante! Después de la estupenda cena ya nos podemos dar por satisfechos de nuestro viaje y aún nos queda un día para disfrutar.

DOMINGO
El domingo por la mañana lo podemos dedicar a visitar las exposiciones que conmemoran el centenario del movimiento artístico De Stijl (El Estilo). Todos tenemos en la memoria los cuadros del pintor Piet Mondrian, compuestos por personales geometrías rectangulares pintadas con colores primarios: rojo, azul y amarillo. Una peculiar estética minimalista, que Mondrian llamó Neoplasticismo, y que no solo cambió el mundo del arte, sino que ha ejercido una gran influencia en el diseño, la arquitectura, la publicidad y en el mundo de la moda… Baste recordar la emblemática 'colección prêt-à-porter Mondrian' que el diseñador Yves Saint Laurent presentó en el desfile de moda otoño-invierno de 1965, y que ha sobrevivido hasta la actualidad.

La mejor manera de recorrer los espacios en los que el legado de este estilo holandés está presente es en bicicleta. El ayuntamiento de la ciudad (groepen@toerisme-utrecht.nl) ha diseñado una ruta guiada para que sea más fácil el camino. Un vez al manillar, empezaremos pedaleando por la afueras de la ciudad, bordeando las orillas del río Vecht, hasta llegar al castillo de Zuylen (slotzuylen.nl). Es una visita curiosa que nos servirá de primicia de lo que Gerrit Rietveld, integrante también del movimiento De Stijl, diseñó para la noble familia del castillo. Continuamos hasta el Centraal Museum (centraalmuseum.nl) donde están expuestas las obras emblemáticas del movimiento bajo el lema 'Larga vida a De Stijl'. Cuadros de Mondrian, Van Doesburg, Bart van der Leck… y réplicas de los muebles diseñados por Rietveld conforman todo un catálogo de lo más conocido de esta tendencia. A destacar la famosa Red and Blue Chair (Silla Rojo y Azul), creación de Rietveld, y de la que podemos comprar una réplica para montar en casa en la tienda del museo.

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La tercera visita es a la Casa Schröeder (rietveldschroderhuis.nl). Se trata de una vivienda unifamiliar construida en 1924, que pertenece al patrimonio mundial de la Unesco desde el año 2000 y que en este año se puede visitar por dentro por primera vez. También es obra de Rietveld, y constituye el ejemplo por antonomasia de una casa funcional, un concepto radical de hogar que es objeto de visita para todos los estudiantes de arquitectura del mundo.

Paseos, arte, cultura, shopping, gastronomía y mucho estilo para descubrir Utrecht en un fin de semana, una de las ciudades más bonitas y animadas de Holanda.

GUÍA PRÁCTICA
Cómo llegar
A la capital de Holanda, Ámsterdam, es fácil llegar porque existen varias compañías aéreas que la enlazan diariamente con ciudades españolas. Desde el mismo aeropuerto de Ámsterdam (Schiphol) el tren se planta en Utrecht en apenas media hora.
Alojamiento
Como una noche no bastará para aprovechar Utrecht, lo mejor es que localices un hotel céntrico en la web: hoteles.com/utrecht/hotel‎. Hay posibilidades para todos los gustos, desde B&B hasta clásicos hoteles de cinco estrellas.
Más información, Oficina de Turismo de Utrecht (visit-utrecht.com).

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