De aventura en los rincones naturales favoritos del príncipe Hussein de Jordania

En todoterreno, camello o en globo; para caminar, escalar o recorrer a nado. Tomamos nota de las recomendaciones del joven heredero para descubrirte dos maravillas de la naturaleza jordana, el desierto de Wadi Rum y la reserva natural de Wadi Mujib. Perfectas para los más activos.

por hola.com

Acaba de cumplir 21 años y el hijo de los reyes Abdalá y Rania de Jordania ha aprovechado la ocasión para, como cualquier otro joven de su edad, mostrar a través de Instagram algunas de las maravillas del país en el que algún día reinará. Y entre sus preferidas está el desierto de Wadi Rum, un lugar de dramática soledad donde ha posado cámara en mano para inmortalizar los paisajes casi irreales que depara el llamado valle de la Luna.

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En los desfiladeros y arenas del color del óxido de Wadi Rum, el mismo escenario que fue testigo de las andanzas de Lawrence de Arabia, se puede vivir una aventura única, la de elevarse en globo en uno de esos amaneceres imposibles de olvidar, aunque para los que le temen al vértigo, también se puede recorrer este espacio en un todoterreno o, más lentamente, a lomos de un camello guiado por un beduino. Y hasta pasar la noche en una tienda de campaña bajo el cielo estrellado. Desde el centro de visitantes se organizan todas estas actividades.

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A noventa kilómetros al sur de Amman está el segundo de los espacios naturales favoritos de Hussein de Jordania, la reserva natural de Mujib, la de menor altitud del mundo, 410 metros por debajo del nivel del mar. Un impresionante escenario cerca del mar Muerto que se extiende hasta las montañas de Karak, al sur, y Madaba, al norte. Aquí hay montañas desérticas, acantilados de arenisca -hábitat ideal para las cabras montesas más bellas del mundo, las de Nubia- una importante colonia de aves, pero sobre todo, una profunda garganta, Wadi Mujib, que brinda una gran variedad de rutas de senderismo y opciones para el barranquismo, donde le gusta hacer deporte al joven príncipe.

Hay varias opciones para perderse en este espacio, la más sencilla es la ruta Siq, una corta excursión de 2 kilómetros que desemboca en una magnífica cascada. Pero es la más atrevida ruta Malaqui la más popular, que lleva a las piscinas naturales Wadi Hidan e implica realizar un descenso (normalmente a nado) por el desfiladero para finalizar haciendo rápel por la cascada.