Cinco planes imprescindibles en Berna para los que se estrenan en esta ciudad suiza
Desde un paseo por el casco antiguo medieval a ir de tiendas y cafés por una de las avenidas comerciales cubiertas más largas de Europa, hacer una aproximación al mundo de Paul Klee, visitar a una familia de osos en su hábitat natural o conocer la sede de una de las primeras democracias modernas del mundo.
PASEAR POR EL CASCO ANTIGUO MEDIEVAL
Son sus casas de piedra, sus callejones, sus numerosas fuentes y torres lo que otorgan al casco antiguo de Berna, a orillas del río Aare, un aire medieval. Lo mejor es explorarlo a pie, pero para tomar perspectiva, nada como acercarse al Rosengarten (Jardín de Rosas) o bien subir a lo alto de la catedral, que a 101 metros de altura, ofrecen las mejores panorámicas.
DE COMPRAS POR LAUBEN
Se conoce como Lauben a los seis kilómetros de arcadas que posee Berna y que la convierten en una de las avenidas comerciales cubiertas más largas de Europa. Bajo los soportales hay boutiques, galerías, bares, tiendas de productos delicatessen, otras curiosas y también cafés en los que hacer un alto en el camino. Un largo pasatiempo tanto para los días nublados como en pleno verano, cuando lo que se quiere es protegerse de la lluvia o buscar la sombra.
DESCUBRIR A PAUL KLEE Y A EINSTEIN
Es en Berna donde se encuentra la colección más importante de obras del artista y concretamente en el Zentrum Paul Klee, el museo inaugurado en 2005 donde se pueden ver unas 4000 de sus casi diez mil obras, entre las que hay cuadros, acuarelas y dibujos y materiales biográficos del artista que pasó la mitad de su vida en esta ciudad. Además, el edificio que la acoge es de lo más interesante. Obra del afamado arquitecto italiano Renzo Piano, está ideadao como una isla verde en la que resaltan tres colinas de acero y vidrio donde se alojan los espacios de la exposición, una sala de música y de eventos y un museo para niños. También interesantes para amantes de los grandes genios, la casa y el museo del físico Albert Einstein.
UNA VISITA AL PARQUE DE OSOS
Berna y el oso, su animal heráldico, están estrechamente vinculados. Así que obligado será pasar por el BärenPark para conocer el espacio vital en el que se mueven. Conectado por un túnel con un parque de 6.000 m2 que se extiende hasta el río Aare, en él los plantígrados pueden escalar, pescar, jugar y descansar en un lugar en el que nadie los moleste.
CODEARSE EN EL BUNDESHAUS
Para conocer la sede de una de las primeras democracias modernas del mundo y también uno de los principales monumentos de Berna, hay que reservarse una visita al Bundeshaus, que es mucho más que una mera sede del gobierno suizo. Por lo general, las puertas del edificio del parlamento están abiertas para visitantes y con un poco de suerte es fácil toparse con alguno de los miembros del gobierno en los callejones de la ciudad. Fuera, la terraza federal invita a tomar asiento y disfrutar de la vista a la piscina municipal Marzili, al río Aare y a la montaña Gurten, mientras que en la propia plaza Bundesplatz se disfruta de juegos de agua en verano, espectáculo de luces en invierno y los típicos mercados de Berna.
LOS CONSEJOS DE…
Y si quieres seguir las recomendaciones de uno de los mejores embajadores de Berna, el músico Marc Dietrich, oriundo de esta ciudad suiza, no dejes de cenar en el Zunft zur Webern, ya sea en el restaurante o en su típica bodega abovedada para probar sus especialidades de pescado. También obligado es pasar por el Café des Pyrénnées, llamado Pyri cariñosamente por los berneses, un singular y acogedor punto de encuentro para charlar, debatir y brindar. Y acabar la noche en el ONO, su local cultural preferido, una bodega donde no falta nunca la música, las exposiciones, la danza o el teatro.
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