Blanca Romero nos da sus direcciones secretas en Gijón
De la playa de San Lorenzo donde le gusta surfear a sus tiendas favoritas o los restaurantes y sidrerías por donde se deja caer.
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Dice de ella que es su “ciudad maravillosa, a la que amo y extraño tanto”. Y es que Blanca Romero es una gijonesa de pro, una enamorada de la ciudad que la vio nacer y de la que ejerce como embajadora. A la actriz le encanta disfrutar de su tranquilidad, de su gente respetuosa y, sobre todo, de sus rincones, entre los que destaca uno en particular, la playa de San Lorenzo, “es un privilegio tener esa playa en el centro de Gijón”.
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A la modelo asturiana San Lorenzo le gusta para pasear y también para surfear, un deporte de riesgo al que se declara enganchada: “Estoy a tope con el surf. No os podéis imaginar cuando estoy subida en mi tabla y recorro con la vista la bahía de Gijón, Cimadevilla, la iglesia de San Pedro, la Escalerona, el Rinconín, la Providencia, ese olor a salitre, el frío en las mejillas…, todo eso es lo que echo de menos cuando estoy fuera”.
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Blanca Romero no escatima en piropos hacia su ciudad, dice que “Gijón es muy guapo”, y tiene muy claro que una de las cosas por las que todo el mundo quiere ir a ella es por la comida y las sidrerías. A ella le gusta La Casona de Jovellanos (lacasonadejovellanos.com), que ocupa un edificio histórico en la parte antigua de Cimadevilla, el que alojara al Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía, fundado por Jovellanos.
Pero La Casona no es el único de sus restaurantes favoritos, ya que tiene una lista de lo más completa, en la que se encuentra EGB, del reconocido e inquieto cocinero Alejandro Urrutia, en la plazuela San Miguel, donde disfrutar además de una imaginativa cocina. Para tomar pizza, Blanca Romero elige Las Candelas, un clásico al que va desde pequeña, y la pizzería Vesubio, en el puerto deportivo. Si quiere comer marisco va a la marisquería Poniente, donde dice que se come increíble, y buen pescado en El Planeta. Cuando busca carne, la de Sancho, en la calle Begoña, es su lugar de referencia y para una cena impecable, con buen vino, el restaurante Ciudadela.
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A la hora de las compras, nos da dos direcciones imprescindibles en su agenda: Ewan, en la calle Los Moros, y Academy, en Ramón y Cajal, donde dice que tienen las mejores zapatillas deportivas. Tal vez las que se coloca cuando se sube a una bici y pone rumbo al monte Deva, por donde anima a descender en bicicleta.
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